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El yo como dando un resultado que no puede expresarse en pesos y medidas. La facultad de experimentar como una cualidad inferior   687. Con respecto al yo, aquí ya hemos llegado a un resultado que no existe como un grado de efecto y, por consiguiente, jamás, en ningún caso, se podrá expresar en pesos o medidas. En sí mismo no representa un estado sólido, líquido, gaseoso ni espiritual y, por consiguiente, será igual a nada para la investigación puramente materialista. Y, si, en su trabajo común en forma de la naturaleza, en forma de la manifestación de nuestros semejantes, en forma de nuestro propio organismo, todas las energías existentes no diesen, precisamente, como resultado el conocimiento de nuestra propia facultad inalterable de experimentar, nos veríamos obligados a darle la razón al investigador materialista que afirma que este resultado no existe. No podemos, claro está, negar que esta facultad de experimentar, que, a su vez, sólo puede existir como la realidad más fundamental de cada ser vivo y como el hecho más evidente para cada hombre terreno y para los seres que se encuentran en estadio evolutivo todavía superior, es una cualidad inferior.
      ¿Pero con respecto a quién es inferior? Claro está, debe ser inferior a la realidad o al "algo" que experimenta por medio de ella. Negar que haya "algo" que la usa es lo mismo que ir en contra del hecho que nuestra propia experimentación de la vida constituye en sí misma.


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