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El principio verano del ciclo del año y el estado adulto del ser   645. Pero tras la primavera viene el verano. Y el ser, tras su "solsticio" (su estado totalmente adulto y de madurez) inicia "el verano" del ciclo de su vida terrena que dura hasta "el equinoccio de otoño" que, por lo que respecta al hombre terreno, se destaca como "la fase terminal de la vida" (sobre los setenta años). En este periodo el ser se encuentra en "el verano de su vida física". Ahora el misterio del amor se ha revelado. El ser ha florecido y tiene la riqueza de sus colores. Para algunos seres los hijos son los incipientes capullos y flores del tronco humano, y la alegría de la paternidad es el esplendor luminoso mental del verano. Para otros seres lo que constituye el mayor despliegue o esplendor veraniego de su vida terrena es la creación altamente intelectual o el conocimiento genial y el talento artístico. Ya se trate de "la alegría de la paternidad" o de "la alegría creadora", lo que encontramos aquí, en el ciclo terreno de la mentalidad humana, es el aroma de la rosa, la profusión de flores o los campos de trigo veraniego ondeando con el viento. Lo que, en forma de la fuerza y el vigor pleno de la edad adulta, brilla a través de los ojos del hombre y de la mujer maduros y crea luz y resplandor en su mirada es un débil reflejo, un débil resplandor del "mundo divino" bañado en luz solar.


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