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En la frontera del número de cosas o pluralidades que el animal puede claramente distinguir   1046. Un ser ya puede, como animal, distinguirse claramente a sí mismo en forma de instinto o función automática. Por lo tanto, hay que decir que puede percibir o comprender "uno". Luego puede, además de a sí mismo, también distinguir a su pareja, lo cual significa que comprende el concepto "dos". Como también conoce la diferencia entre su pareja y un ser extraño, también comprende, por consiguiente, el concepto "tres". Como además también puede distinguir, hasta un cierto grado, entre sus crías y crías extrañas, puede, de este modo, comprender en parte el concepto cuatro. Y aquí nos encontramos esencialmente en los límites de lo que el animal puede dar de sí en forma de poder distinguir pluralidades. Y sólo esto es, en realidad, lo que necesita según su instinto de conservación. Que no pueda expresar esta facultad suya con conceptos numéricos es algo natural. De acuerdo con su instinto de conservación, como animal no tiene necesidad particular de ello. Sólo cuando "el deseo de entretenimiento" o lado artístico del ser se ha convertido en instinto de conservación, el hecho de poder expresar su concepción o percepción de pluralidades con la fina definición que hace posible el sistema numérico decimal se ha hecho realidad. El lado artístico del ser sólo es en sí mismo una facultad de revelación o comunicación ampliada. Todo arte ha sido creado o ha llegado a ser tal por una necesidad de comunicación. Por una u otra causa se siente alegría creando cosas y viendo, de este modo, sus pensamientos manifestados en la materia.


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