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La parte artística del ser se convierte en instinto de conservación. La facultad de contar es una de las primeras artes de este instinto de conservación   1045. Los deseos mencionados están tan desarrollados que hoy se han convertido para su origen en una parte auténtica e inevitable del instinto de conservación. Esto quiere decir, por su parte, que quienes los practican sinceramente no pueden prescindir de la alegría y el placer que les dan, aunque pudieran adquirir su alimento con otra ocupación. Si se les quita esta forma de manifestación y experimentación de la vida, se mata su deseo de vivir. Languidecerán. Son plantas en un terreno no adecuado para ellas. Aquí hay algo sobre lo que tendrían que pensar las autoridades que en los estados reparten el trabajo. Y aquí tenemos la diferencia que hay entre el hombre y el animal. Mientras el animal no desea, en realidad, otra cosa para su apetito de vivir que su alimento y su pareja, estos dos fenómenos están degenerando en el hombre o han sido arrinconados a un segundo plano, en el mismo grado que los nuevos intereses, que son ajenos a dichos dos fenómenos, se han vuelto en el individuo en apetito de vivir dominante y, por consiguiente, en instinto de conservación. Aquí no podemos entrar en más detalles sobre este problema, diremos simplemente que "contar" es una de las primeras artes de este instinto de conservación basada en el pensamiento. Y se da, evidentemente, por descontado que, al igual que todas las otras facultades grandes y nobles, sólo ha llegado a ser tal poco a poco.


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