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Véase "Esquema sobre la importancia del cero" en nueva ventana    

 

Si el materialista fuese tan incompetente en su actitud con respecto al sistema numérico decimal como lo es en su actitud con respecto a la estructura cósmica de la vida misma   1041. En el mismo grado que el ser arriba mencionado eventualmente sea materialista, negará toda la existencia suya que ha tenido lugar antes del cero de la sección-H, igual que negará su existencia futura después del cero de la sección-R. Estas secciones serán para este ser "lo desconocido". No tiene la facultad de ver lo que hay más allá de estos dos jalones de su existencia eterna. Es más, ni siquiera quiere reconocer su yo verdadero, sus núcleos de talentos, su conciencia como cosas verdaderamente espirituales, sino que alega que son fenómenos puramente materiales, idénticos a los fenómenos meramente físicos o lo que se expresa con los números a la derecha de la casilla-A de la sección en cuestión. La estructura del sistema numérico decimal presentada aquí es directamente un estudio culminante de que la idea que un ser así tiene de sí mismo, de su existencia eterna y, por consiguiente, de la estructura del universo sólo es una idea errónea muy inquietante. Todo lo que se encuentra más allá de los ceros indicados de las dos secciones no puede percibirse con los sentidos físicos, igual que los valores de las secciones que se encuentran antes de su sección actual, valores que, claro está, se sitúan a la izquierda de la sección-A y tampoco pueden percibirse con los sentidos físicos, sino que sólo pueden percibirse como presentes indirectamente. Que el ser aquí ande a tientas para encontrar la causa de la presencia de estos valores (talentos, carácter o mentalidad) y los conciba como efectos de causas totalmente distintas es natural. Un ser así se vuelve, por ejemplo, en un partidario "creyente" de "la herencia de los padres" y, más o menos consciente, en un partidario igual de "creyente" de la idea de que todo en la naturaleza llega a ser por sí mismo, a pesar de que el propio nivel de conciencia o campo creador del hombre sólo puede tener exclusivamente la confirmación de que nada en absoluto puede crearse por sí mismo. Su conocimiento con conciencia diurna despierta sólo abarca, de este modo, cosas que pertenecen a la sección-Q de 1-9999. Sólo lo que se encuentra en este campo, que, a su vez, es lo mismo que todos los fenómenos materiales, todo lo que puede expresarse con pesos y medidas, tiene la posibilidad de hacerlo conocimiento propio. Sí, en verdad una concepción pobre del universo y un conocimiento primitivo de su propia naturaleza inmortal y divina. Imagínense qué cuenta, qué manera de contar más mala o imposible si este ser fuese igual de incompetente en su uso del sistema numérico decimal como lo es en su actitud frente a la estructura de la vida misma. Del mismo modo que niega la reencarnación, negaría entonces toda forma de repetición del alfabeto numérico en la enumeración. Y el resultado tendría que ser que su horizonte numérico tendría que comenzar con cero y terminar con 9. Ni siquiera podría contar sus 10 dedos. Todo lo que representase un número mayor que 9 sería para este ser "incontable" e imposible, en mayor o menor grado, de comprender, y, de este modo, su verdadero valor numérico sería, de modo correspondiente, más o menos negado por el ser.


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