Lee y busca en El Tercer Testamento
   Apdo.:  
(639-1052) 
 
Búsqueda avanzada
Véase "Esquema sobre la importancia del cero" en nueva ventana    

 

La causa sin causa   1038. Pero cuando, de este modo, bajo el cero de las casillas a la izquierda de la casilla-A se revela conciencia y, por consiguiente, deseo, pensamiento y voluntad, esto confirma que tiene que haber "algo" que "desea", "piensa" y tiene "voluntad", porque estos fenómenos no pueden existir independientemente, sino que hace mucho tiempo que está documentado que son "cualidades" que hacen de un "algo" un "ser vivo". Por consiguiente, este "algo" existe antes del proceso, o del convertirse en algo, que tiene lugar debajo de los ceros de las casillas a la izquierda de la casilla-A. Por consiguiente, no puede cubrirse o expresarse por medio de estos ceros. Dichos ceros sólo cubren, claro está, las cualidades de este "algo", su conciencia. Por lo tanto, tiene que tener su propia expresión. Pero, como por sí mismo, no forma parte de lo manifestado, sólo puede expresarse con cero. Y como no expresa lo mismo que los ceros de las otras casillas, no puede colocarse en estas casillas y, por esto, tiene que tener su propia casilla. Por consiguiente, encontramos este cero en la casilla-A.
      Con este cero llegamos, así pues, al "algo" que estaba por encima de la conciencia, al "algo" para quien la conciencia es un instrumento. Llegamos al "creador" mismo. Causa más profunda tras una creación no existe. Como esta causa es, en sí misma, el origen de la creación, no puede ser un resultado de creación. Pero si no es un resultado de creación y, no obstante, existe, ha existido siempre. No es, así pues, un resultado de ninguna causa precedente. "No tiene causa". Por medio del cero de la casilla-A, el sistema numérico decimal nos muestra, de este modo, "la causa sin causa".


Comentarios pueden mandarse al Martinus-Institut.
Información de errores y faltas y problemas técnicos puede mandarse a webmaster.