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La naturaleza especial del "clima de inteligencia" de los seres. El universo sólo puede ser concebido por estos seres como un universo muerto  631. Mientras el tipo de conciencia de los individuos de "los climas de sentimientos" se basa más en "la fe", es decir, en relatos de otros seres, "dogmas", tradiciones, usos y costumbres, que en un análisis estudiado de manera intelectual, el tipo de conciencia de los seres de "los climas de inteligencia" se basa más en la documentación de tipo intelectual que en la simple creencia en las afirmaciones de otros seres. Pero como los seres de "los climas de inteligencia" no tienen "la facultad de percibir cósmicamente", los hechos que constatan sólo se equiparan a las realidades que pueden percibirse o experimentarse, pesarse y medirse de una manera puramente elemental físicamente. Por consiguiente, estos seres no desean de ninguna manera oír hablar sobre problemas o campos de la existencia que se encuentran a un nivel superior que, precisamente, estos hechos o fenómenos físicos. Todo lo que se encuentra por encima de estas cosas no lo pueden percibir por sí mismos. Sólo tienen, por lo tanto, acceso a ellas a través de los relatos de otros seres. Pero como no pueden "creer", se ven por naturaleza obligados a ser de manera innata "escépticos", "desconfiados" y "negativos" con respecto a la existencia de toda vida espiritual o cósmica. También niegan "la inmortalidad" o "reencarnación". Son totalmente inmunes frente a la verdadera solución del "misterio de la vida". Su conciencia sólo puede sintonizar con los problemas materiales cotidianos de la vida. Pero aquí también pueden ser verdaderamente competentes. Los mejores de entre ellos pueden, de este modo, muy bien ser científicos expertos en campos puramente materiales. En esta zona también encontramos grandes estrategas o generales. Pero como su inteligencia o facultad de análisis tiene que detenerse junto a los límites físicos de la vida, les falta visión de conjunto de la propia estructura del universo. Y sus análisis y conocimiento sólo pueden, por consiguiente, considerarse como el primer e incipiente elemental comienzo de la verdadera ciencia del espíritu. Pero, como ya hemos dicho, sólo son los mejores seres de este clima los que, de este modo, se pueden considerar como investigadores o científicos. La mayor parte de seres de este grupo sólo usa su inteligencia para satisfacer sus deseos particularmente materiales. Y en este campo muchos de estos seres han alcanzado una habilidad extraordinaria, es más, se han convertido directamente en genios. Como no creen en ninguna prescripción superior sobre la reparación o responsabilidad espiritual con respecto a sus actos, sino que al contrario únicamente aceptan el análisis material que está a mano y que parece ser el más ventajoso, a saber, el que dice "que cada cual se ocupe de sí mismo", su genialidad consiste en gran medida en despojar ampliamente a otros seres humanos de bienes económicos, tanto dentro como fuera de la esfera de las leyes jurídicas. En este clima de pensamientos encontramos a "los estafadores" o "impostores" más fenomenales, a "los delincuentes" y "gángsteres" más grandes y más fríos. "La naturaleza de ladrón" y "de bandido" forma, así pues, una gran parte de la atmósfera de este clima de pensamientos.
      Como hemos visto, ninguno de estos dos climas de pensamientos es perfecto, sino que al contrario está predestinado a crear desarmonía o fomento del "principio mortífero". Mientras "el clima de sentimientos" alberga en su esfera seres que, desde el punto de vista cósmico, son ignorantes y, por lo tanto, tienen que mantener su existencia por medio de la fe, lo cual es lo mismo que sugestión, "el clima de inteligencia" alberga en su esfera seres que, desde el punto de vista cósmico, también son ignorantes pero, no obstante, tienen un conocimiento material elemental tan incipiente que pueden comenzar a mantener su existencia por medio de él.
      Mientras los primeros seres tienen una vida espiritual muy floreciente o exuberante, pero "artificial" y no intelectual, en el campo material son de una naturaleza proporcionalmente menos destacada. Es más, a veces consideran los fenómenos materialistas como "pecaminosos" o, en el mejor de los casos, como "males" necesarios. Con los seres de "los climas de inteligencia" sucede lo contrario. Estos seres no tienen ninguna vida espiritual superior real, dado que no pueden aceptar los fenómenos que se encuentran fuera del control físico por medio de pesos y medidas. Contrariamente tienen en su conciencia una actitud demasiado acentuada para con lo puramente material que consideran "lo único que cuenta". La vida del pensamiento de estos seres cuando está en su punto álgido no va más allá del horizonte físico. Pero como toda la solución del misterio de la vida se encuentra, por así decirlo, más allá de este horizonte, no podrán de ninguna manera documentar la relación absoluta de sus hechos materiales con el gran y fundamental ciclo o espiral de la vida ni el lugar absoluto de estos hechos en él. Las conclusiones que, por lo tanto, deben sacar de las más altas consecuencias de los hechos materiales o de la relación de ellas con la vida cósmica del universo no les proporciona en absoluto ninguna vida espiritual elevada, dado que sólo están en condiciones de concebir resultados finales materiales en forma de pesos y medidas. Por consiguiente sólo pueden adquirir puros resultados "muertos". De los hechos materiales no pueden extraer resultados superiores en forma de "manifestación de vida". Y, por ello, el universo no es para ellos ningún universo "vivo". No pueden concebir la vida con otra forma que su propia forma material y tienden, por lo tanto, a creer frecuentemente que ellos mismos y los seres que los rodean aquí en la Tierra son la única forma verdadera con que se manifiesta la vida. El universo se convierte, por consiguiente, para ellos en un universo muerto, en un inmenso desierto de energía, movimiento y creación sin un creador. Y como la última consecuencia de esto tiene que ser que lo muerto es lo que crea lo vivo, lo creado lo que crea al creador, la casa la que crea al constructor y el pan el que crea al panadero, etc., a este grupo de seres no se le puede de ninguna manera calificar de "intelectual".


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