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"El clima de sentimientos"  627. A través de "Livets Bog" ya conocemos las tres clases de seres. Por medio del símbolo n.º 3 y su texto hemos visto que la primera categoría está formada por seres que perciben o experimentan particularmente en virtud del "sentimiento". Su inteligencia todavía no está particularmente al servicio de lo religioso, aunque, en estos seres, está en gran medida al servicio de la vida puramente materialista o económica. Estos seres tienen, por ello, que ser seres "creyentes" en el campo religioso. Y su fe los convertirá, a su vez, en fanáticos en el campo espiritual o psíquico según el talento de amor que les falte. No están en absoluto en condiciones de usar su razón o inteligencia al servicio de lo religioso. Creen ser "los únicos que se salvan" y, debido a ello, dictan sentencias desmedidas de castigo y perdición sobre todos los semejantes que piensan de manera distinta, y así crean una cierta campaña de persecución de mayor o menor brutalidad contra estos seres.
      Como se desprende de anteriores descripciones de esta categoría de seres, dicha categoría consta de varias subcategorías o grupos. No vamos a tratar de nuevo de ello, sino simplemente vamos a decir que el conjunto de estos seres es el origen del clima de pensamientos principal de la sociedad del hombre terreno. Como en su forma más importante está soportado por "el sentimiento", mientras que en él la inteligencia sólo tiene un papel muy insignificante, aquí en "Livets Bog" a este clima lo llamaremos "clima de sentimientos". Visto desde un punto de vista "químico-cósmico" este clima forma, así pues, algo del material, de la sustancia o materia que muchos seres humanos terrenos usan en la creación de su vida y su conciencia diaria, y del inherente modo de ser para con todo lo vivo a su alrededor.
      Como en este clima la inteligencia juega un papel muy secundario, sus reacciones chocarán, naturalmente, en gran medida con la lógica que dirige las leyes del universo. Y entonces surgen catástrofes naturales mentales tales como "intolerancia" que todo lo domina, "persecución religiosa", "imposición religiosa", "inquisición", formas fanáticas de culto al dios o dioses aceptados por estos seres y los consiguientes dogmas de fe, además de la inmensa cola de formas menores de transferencia de estas tendencias de la conciencia a fenómenos más comunes de la vida diaria que también caracterizan a estos seres. Así pues, encontramos el mismo culto y la misma actitud intolerante y fanática en los fenómenos políticos, en los detalles del matrimonio y en la moral sexual, además este fanatismo o estado de sentimiento no inteligente y, por lo tanto, desenfrenado hace de la conciencia de estos seres un lugar por el que pasan de manera desmedida la venganza, la envidia, los celos, así como todos los otros desencadenamientos de desconsiderado egoísmo o interés propio.
      Que este clima de pensamientos no puede, bajo ninguna circunstancia en absoluto, "salvar" al mundo o liberar a la sociedad del hombre terreno de los sufrimientos se da, naturalmente, por descontado. Está demasiado desprovisto de simpatía verdaderamente altruista o amor absoluto para poder hacerlo.


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