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El ser vivo vive entre dos cielos o dos universos. El fundamento para una "paz duradera", "la conciencia cósmica" o "bienaventuranza"  624. Los seres vivos viven, así pues, entre dos cielos, a saber, su propio cielo interior, que es lo mismo que la esfera de su espíritu o conciencia, y el exterior, que es idéntico al cielo físico. Mientras ellos mismos crean todas las nubes, todas las corrientes atmosféricas toda la atmósfera de su mundo interior, el macroser crea directa e indirectamente las nubes meteorológicas o las corrientes o fenómenos atmosféricos. La manifestación y experimentación de la vida del ser consiste exclusivamente en crear armonía entre "la esfera de cielo" o zona de conciencia interior y la esfera del universo macrocósmico. En caso contrario estos dos mundos serán directamente, y en sumo grado, un estorbo el uno para el otro. La manipulación errónea del ser vivo con las energías o sustancias le pone trabas a la naturaleza para su creación perfecta, de la misma manera que las reacciones de la naturaleza frente a esto se convierten en muy alto grado en un contratiempo para la creación perfecta de los seres, es más, la imposibilita totalmente o en parte. Y surge el llamado "destino desdichado".
      Llevar su pensamiento y voluntad, que en realidad quiere decir llevar su talento para el deseo a un estado perfecto tal que sólo se desea lo correcto, es sinónimo de lo que llamamos "perfección". Una conciencia habitual así es el fundamento absoluto e imprescindible para alcanzar el destino más perfecto o más feliz en la espiral. Este es el destino al que el hombre terreno aspira como "la paz duradera", "la conciencia cósmica" o "la bienaventuranza" futura.
      Pero para crear esta armonía entre los dos mundos del individuo, es necesario comprender y tener conocimiento de cómo reaccionan las energías, y un conocimiento absolutamente correcto del verdadero mundo interior del individuo y el verdadero mundo exterior. Ante todo uno tiene que conocer su posición tanto en las regiones del mundo interior como del mundo exterior. Porque en caso contrario uno "se ha perdido" y percibe más o menos lo que ve y experimenta como algo totalmente distinto a lo que en realidad es. Y cuando se percibe erróneamente, también se tiene, necesariamente, que actuar erróneamente. Y cuando se actúa erróneamente, el resultado de esta actuación también tiene, necesariamente, que ser erróneo. Y la vida se convierte en decepciones, sufrimientos y oscuridad.


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