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El hombre terreno llena su destino con desarmonía. Sus climas de pensamientos son análogos a los climas meteorológicos  623. En virtud de esta posición que hemos encontrado, vemos que, en el ciclo, el hombre terreno se encuentra en un estadio en que, con una gran parte de su manifestación, todavía está en desarmonía con las leyes de la vida. No conoce suficientemente la verdadera reacción de las sustancias y crea, por consiguiente, combinaciones de energía erróneas, con lo cual se produce sufrimiento. Llena su destino con desarmonía. Su vida cotidiana es, muy frecuentemente, una tortura. Guerras y procesos mutiladores, agotamiento, penas y sufrimientos así como alegrías que van en contra de la naturaleza, gula o lujo excesivo, pereza y ociosidad caracterizan en gran manera toda la atmósfera de su conciencia. Pero ahora, en virtud de nuestro conocimiento de "la química cósmica", sabemos que esta atmósfera de sufrimiento sólo es una reacción de un pensamiento erróneo en los seres mismos, surgido exclusivamente a causa de la falta de conocimiento que los seres tienen de las facultades especiales de reaccionar de las energías de la conciencia. Con su voluntad dirigen odio y persecución, dolor y sufrimiento hacia determinados objetivos para satisfacer, con ello, determinados deseos o anhelos particulares suyos y no sospechan en absoluto que las reacciones de las energías, que ponen en marcha o en movimiento, participan en la creación de la calidad de la esfera de conciencia en que el conjunto de seres de su propia especie tiene que vivir, y que el deseo de cada ser, desencadenado en forma de pensamientos y manifestación, tiene que ser un tiempo borrascoso, un huracán, un terremoto, una tromba de agua, una inundación, un alud, o bien la suave brisa de un día de verano, las blancas y tenues nubes de un horizonte lejano, un crepúsculo vespertino o matinal divino y rutilante en el cielo espiritual de su sociedad, tiene que ser, resumiendo, los rayos cálidos de un sol resplandeciente, el ambiente inspirador de una débil luna plateada o la cobertura siniestra de una noche negra como el carbón sobre las obras de las tinieblas. Estos son los climas de pensamientos o resultados "químico-cósmicos" de los seres vivos. No se puede pensar, crear ni experimentar nada sin que forme parte de alguno de estos climas. Por su naturaleza son bastante análogos a los climas físicos o meteorológicos, con la única diferencia que son atmósferas de un mundo interior, son nubes en un cielo interior, mientras los climas primeros son directamente atmósferas en el mundo exterior, son nubes en el cielo físico.


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