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"La ley del destino": Todos tienen que servir a todos  608. Como toda vida se basa exclusivamente en "hambre" y "saciedad", toda vida se convierte en un movimiento en "la espiral". Pero como un movimiento así se convierte para cada ser individual en un caminar a través de una satisfacción tras otra de sus más profundos deseos o ideales, también se convierte aquí en un hecho para el investigador evolucionado que todos los seres del universo o cosmos están de un modo absoluto "en igualdad de condiciones". Que en "las espirales" aparezcan los unos tras los otros y que, de este modo, no alcancen sus ideales físicos y espirituales simultáneamente sólo pone, por añadidura, de relieve la estructura del universo en su grandiosidad y capacidad de irradiarlo todo. Si los seres, precisamente en este "ciclo", no estuvieran situados los unos tras los otros, en el universo o existencia no habría ningún tipo de colorido. El hecho de que todo estuviera en el mismo peldaño o estadio tendría que implicar que todo fuera igual, del mismo modo que la condición de que todos tienen que servir a todos, que ahora se practica de una manera tan absoluta, sería irrealizable, es más, toda manifestación sería simplemente imposible. Si los seres vivos no estuviesen ubicados los unos tras los otros en el ciclo de la vida o espirales, no existirían microseres ni macroseres. Y sin ellos, ¿cómo se podrían crear organismos, cielo y tierra, zonas de existencia?, resumiendo ¿cómo podría, en realidad, existir la vida?
      El resultado básico n.º 11 nos muestra así que toda función o creación se basa en dar vida a otros seres. No podemos beber un vaso de agua sin que esto signifique creación de vida y actividad para otros seres, es más, no podemos quitarnos ni ponernos los zapatos sin que esta circunstancia tenga un significado para la existencia de miríadas de seres vivos. El zapato, ¿no existe acaso para calentar nuestro pie? Nuestro pie, ¿no es acaso una parte del universo cuya existencia requiere cuidado y calor, convirtiéndose de este modo en un mundo adecuado para miríadas de seres vivos de su interior? Lo mismo sucede con cada palabra que se pronuncia, es más, incluso el más pequeño e imperceptible suspiro de un ser crea actividad encaminada al mantenimiento de algún tipo de existencia para seres vivos. Por consiguiente, no podemos mover un miembro, no podemos ver un rayo de luz u oír el menor sonido sin que esto no se base en la existencia de unos seres tanto, en el micro y macrocosmos como en el mesocosmos. Esta es la verdadera ley de la vida. Esta es la ley del destino.


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