Lee y busca en El Tercer Testamento
   Apdo.:  
(289-638) 
 
Búsqueda avanzada
   

 

Todas las formas de vida están situadas en el ciclo  606. Pero del mismo modo que hemos visto que desde el hombre terreno frío, insensible, puramente materialista hay unos peldaños o estadios que llevan hacia esferas con una moral o cultura más alta, desde este mismo estadio del ser también hay peldaños o estadios en dirección descendente hacia formas de experimentar la vida más bajas o cada vez más primitivas. Llevan, tal como los lectores de "Livets Bog" ya saben, hacia los peldaños o estadios de experimentación de la vida que llamamos "reino vegetal". A partir de aquí retroceden todavía más lejos, y entonces llegamos al océano de manifestaciones automáticas de vida que llamamos "reino mineral". Y, de este modo, vemos aquí que todas las formas conocidas de vida o seres están situadas en medio de un "ciclo". A este "ciclo" los lectores también lo conocen por análisis anteriores de "Livets Bog" como "la espiral".
      Todos los seres "caminan" o se "mueven" así, los unos tras los otros, en este "ciclo". Que este "caminar" o "movimiento" tiene, precisamente lugar, se convierte en un hecho por medio de la realidad que llamamos "evolución". Pero, tal como ya hemos dicho, un "ciclo" no puede tener lugar sin ser un "hambre" culminante y una "saciedad" culminante. Y entonces también vemos que "la espiral" constituye, así mismo, una experiencia total de "hambre" y "saciedad". Esta "hambre" es perceptible en "la espiral" por medio del inmenso anhelo del hombre terreno de alcanzar "mejores condiciones" que las que tiene actualmente. Está altamente representada en su ansia de ideales. Y la evolución nos muestra, claro está, que los alcanza. Si no los alcanzase, "el ciclo" tendría que detenerse. Esto se estimula exclusivamente en virtud del "hambre" y "saciedad" de los seres.


Comentarios pueden mandarse al Martinus-Institut.
Información de errores y faltas y problemas técnicos puede mandarse a webmaster.