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Lo que convierte el resultado básico n.º 11 del misterio de la vida en un plus inalterable  585. Que el ser vivo es una realidad eterna y, de este modo, sobrevive a sus fenómenos temporales o creados y, con ello, poco a poco puede cosechar experiencias o conocimiento sobre estos resultados a que él mismo ha dado lugar, y al mismo tiempo puede reunir este conocimiento en su "supraconciencia", desde donde en posteriores vidas o existencias lo experimentará de nuevo como idéntico a sus propias facultades, talentos o disposiciones, y con lo cual este individuo se convierte en un espléndido e individual origen de su propio destino, sólo puede confirmar el undécimo resultado básico del misterio de la vida como un plus inalterable. Imagínense lo que pasaría si sucediese lo contrario. Imagínense, si "la reencarnación" o "renacimiento" no fuera un hecho real ¿cómo podría entonces existir una "justicia", es decir, una "igualdad" absoluta de derechos entre todos los seres vivos del universo?
      Negar que exista una "igualdad de derechos" así entre todos los seres vivos sería lo mismo que reconocer que el universo aparece con una manifestación o revelación menos lógica o menos perfecta de la que en realidad tiene. Una estructura del universo en la que todos los seres tienen "los mismos derechos", que en un sentido absoluto quiere decir que tienen acceso a las mismas ventajas, que pueden experimentar lo mismo y, de este modo, conocer lo mismo y convertirse en lo mismo, es mucho más perfecta que una estructura del universo en la que los seres no tienen acceso a lo mismo y, por consiguiente, tampoco pueden conocer lo mismo y, como consecuencia de ello, jamás pueden convertirse en lo mismo. En esta última forma de manifestación del universo lo que dominaría sería una injusticia eterna. Habría seres con privilegios colosales tanto desde el punto de vista corporal como psíquico, y habría seres que tendrían que ser mártires. Los seres menos inteligentes o menos dotados entre los seres existentes tendrían que ser siervos o esclavos tanto de la naturaleza como de sus semejantes. En un universo así dominaría una atmósfera de martirio, mientras que esto no es posible en absoluto en un universo que se manifiesta con la primera estructura. Aquí no se daría de ninguna manera la creación y la experiencia de injusticia. Obtener privilegios sería imposible, del mismo modo que sería imposible que algún ser se "perdiera" o se hundiera. Su atmósfera tendría que ser "amor" culminante.


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