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Resultado básico n.º 11 del misterio de la vida: Reencarnación y destino  569. Como los organismos de los seres vivos están construidos con el fin de ser útiles, o son instrumentos creados para tipos transitorios de manifestación, para estados de conciencia o formas de manifestación de vida provisionales, el hecho de que la presunta "muerte" no existiese sería altamente inquietante y al mismo tiempo sería imposible poner esto en relación con una justicia o un amor culminantes. Esta muerte sólo consiste en el reemplazo que hace el individuo de los instrumentos, que él mismo ha construido, por medio de los cuales ya no está en condiciones de experimentar la vida de una manera satisfactoria para sus anhelos y deseos. Si este reemplazo, en forma de la muerte, no pudiera tener lugar, y el individuo tuviera que estar eternamente entrelazado de manera indisoluble a sus instrumentos creados, esto sería lo mismo que tener que estar eternamente encarcelado y clavado a la forma especial de manifestación que depende de estos instrumentos. ¿Cómo podría estar en contacto con el amor universal? Si un ser perdiese, de un modo u otro, sus ojos, ¿tendría entonces que moverse eternamente en una oscuridad eterna y hallarse en la imposibilidad de ver la inmensa belleza de colores, luz y formas de la naturaleza? Si un hombre perdiese ambas piernas o a causa de otro tipo de lesión corporal no estuviese en condiciones de andar, ¿tendría entonces que seguir dependiendo de una silla de ruedas y de la misericordia de otros seres humanos en un futuro eterno? ¿Acaso no es algo divino el hecho de que la ceguera y otras formas graves de invalidez estén limitadas al tiempo de existencia que tiene el organismo en cuestión, y que el ser de esta manera por medio de "la muerte" pueda aparecer con un organismo nuevo y totalmente normal? ¿Y por qué no tendría que ser así? La naturaleza perecedera, a que están supeditados todos los organismos, sería en caso contrario totalmente inadecuada o absurda. Y la demolición de los organismos ¿por qué tendría que ser algo al azar o absurdo cuando su construcción muestra lógica, método o intencionalidad?
      Pero no son solamente la invalidez o los desperfectos del organismo las cosas sobre las que el ser puede elevarse con "la muerte". También está en condiciones de mejorar y modificar el nuevo cuerpo a beneficio de sus facultades y talentos. Que esto es así se revela plena y suficientemente por medio de las diversas etapas mentales en que los seres se encuentran. Es, sin embargo, un hecho que hay seres humanos que tienen talentos "innatos". Algunos seres tienen disposiciones especiales para la música, otros para la poesía y otros, a su vez, para la pintura, etc., por no citar las aptitudes o talentos sumamente distintos de los seres para manifestaciones de tipo profesional o artesano. ¿Por qué no son todos exactamente iguales desde el nacimiento? La respuesta es: porque no todos se han ocupado con las mismas cosas de igual manera. Cada uno tiene necesariamente que convertirse en un maestro en la materia o el tipo de arte que él (ella) ha tenido a lo largo de una o varias vidas precedentes como especialidad por excelencia. ¿Cómo habría podido si no el ser en cuestión convertirse en superior a otros seres en este campo determinado?
      Es cierto que durante cientos de años se ha creído en "la herencia". Pero, naturalmente, esta creencia tiene que rendirse, junto con todas las otras cosas falsas, a la luz intelectual y penetrante de la clarividencia cósmica. "La herencia" no da ninguna explicación de cómo padres primitivos o relativamente poco inteligentes pueden tener un hijo que es un genio, del mismo modo que tampoco hay respuesta a la pregunta de cómo puede ser que genios tengan hijos que son relativamente poco inteligentes. Si "la herencia" fuera la causa fundamental del talento de los seres vivos y, por consiguiente, el fundamento de su destino, todos los seres vivos tendrían que ser copias de sus padres hasta el último detalle. Pero afortunadamente no es así. Cada ser vivo se muestra como una brillante individualidad y tiene su más o menos absoluto rasgo característico que sólo puede deberse a su propia "herencia" transferida de una existencia anterior a su vida actual en forma de facultades y disposiciones. Y con esto se muestra que el ser vivo en virtud del renacimiento o reencarnación se convierte en la causa primera absoluta de su propia existencia, es decir, en el origen absoluto de su propio destino. "Recoge lo que siembra". Éste es el resultado básico n.º 11, del misterio de la vida.


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