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Por qué el ser vivo no funciona como una máquina automática  557. Quizá se opine ahora que dicha "X" no es en absoluto necesaria para la manifestación, ya que se pensará que las dos otras "X" cubren todo el análisis de la manifestación, pero esta opinión dista mucho de la realidad. Si sólo existiesen "X2" y "X3" faltaría justamente "el algo" que condiciona que la existencia no sea "nada". "X2" y "X3" son, en su análisis básico, ilusiones, ya que no existen más allá de la facultad de percepción y sólo adquieren identidad de reales en virtud de que en el último término de su análisis son iguales a "X1" o el absoluto "algo que es". Si, no obstante, uno se imagina que la vida o la conciencia existen sin "X1", esta vida y esta conciencia tendrían que ser una función automática absolutamente ciega o muerta. De estas manifestaciones, la una tendría que ser una consecuencia inevitable de la otra, en resumidas cuentas, toda la existencia sería simplemente un desencadenamiento inconsciente de resultado y causa, una función automática de una máquina eternamente en acción.
      Pero, ¿no es un hecho para todos los seres humanos civilizados normales que hay una diferencia esencial entre una máquina y el ser vivo? Mientras el ser vivo puede actuar independientemente con respecto a su futuro y a su destino, una máquina sólo puede normalmente manifestarse automáticamente con la actividad o el funcionamiento que corresponde a su construcción. Entonces se objetará quizá que sólo se trata de un asunto de construcción. El hecho de que las máquinas conocidas no puedan rendir lo mismo que un ser vivo, se debe solamente a que todavía no se tiene la competencia suficiente, con respecto a la creación técnica, para darle a la máquina en cuestión una capacidad tan amplia. Pero ¿quién tiene que darles capacidad a las máquinas? La objeción del escéptico ¿no es aquí acaso en sí misma una revelación de que la creación de una máquina exige un origen, y que encima puede tratarse de un asunto de evolución? El escéptico confirma, por lo tanto, con su objeción que la creación de las máquinas es cuestión de que haya unas facultades surgidas de un origen que existe antes que la máquina. Pero entonces estamos de acuerdo. Este origen constituye precisamente en su última instancia "el algo" absoluto "que es" o exactamente "el algo" que eleva a los seres vivos por encima del nivel de las máquinas, de modo que no son aparatos muertos con funciones automáticas no conscientes como ellas.


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