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"La sustancia gaseosa" puede verse como "sustancia sólida". El diamante es un "espacio celeste" fosilizado  494. Pero cuando vemos que una de las sustancias más duras y condensadas de la Tierra se convierte en un "espacio celeste" en el que "las partículas sólidas" son una mínima parte, se convierten en algo totalmente sin importancia, en algo puramente insignificante con respecto al "vacío" de esta sustancia, entonces toda sustancia es así pues en realidad "gaseosa", lo cual a su vez, en último término, es lo mismo que "espiritual".
      Pero si seguimos el camino contrario, es decir, si con nuestra "visión cósmica" retrocedemos en la zona del diamante, veremos que parece que las partículas luminosas de su "espacio celeste" se acercan cada vez más en el horizonte del fondo. "El vacío" entre "las estrellas" se hace aparentemente cada vez más pequeño. Y como "los puntos luminosos" se les muestran a nuestros sentidos como los más lejanos, estos "puntos" son los que finalmente dominan nuestro modo de ver las cosas en el horizonte. Y cuanto más alejados están, más densos parecen ser, para finalmente parecer que se han fundido totalmente. De este modo estas estrellas "fundidas" o "partículas sólidas" forman aparentemente así, en la lejanía, una masa coherente. Esta masa es lo que llamamos "sustancia". "El espacio celeste", antes tan "vacío", se les muestra ahora a los sentidos como una "sustancia material".
      Pero seguimos avanzando y atravesamos los límites de la zona del diamante, entramos en el espacio celeste ordinario de nuestra propia espiral. Y cuanto más nos movemos en él, más lejano se hace el pequeño microuniverso que acabamos de dejar, y más densas las partículas o "estrellas luminosas" que contiene. Sí, ante nuestra mirada, aquí menos penetrante, pasan directamente a una "fosilización". Y volviendo a nuestro punto de partida terreno encontramos de nuevo la pequeña zona en la que éramos huéspedes, y que abandonamos, formando parte de los detalles, duros como la piedra, de nuestro propio mundo que acostumbramos a llamar "diamantes". "El espacio celeste" (dentro del diamante), antes tan inmenso, ahora sólo es un detalle de un universo mayor. Y lo que antes era "gaseoso" se ha convertido en piedra dura.


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