Lee y busca en El Tercer Testamento
   Apdo.:  
(289-638) 
 
Búsqueda avanzada
   

 

Las sustancias son lo mismo que climas de pensamientos. Su resultado final conjunto es amor y revela una providencia viva tras toda existencia  487. Visto desde esta perspectiva, al lector le es más fácil comprender que "la sustancia" está viva, que todo es vida, y que esta vida sólo puede distinguirse por la vida. "La sustancia" sólo es, así pues, en realidad la vida vista desde distintas distancias cósmicas, desde distintas relaciones de perspectiva cósmica. Este modo de ver será analizado posteriormente de manera especial en "Livets Bog" en relación con el principio de perspectiva y el análisis de la facultad de percepción. Aquí sólo hemos tocado los problemas en virtud de su relación con los climas de pensamientos.
      Dado que todas estas clases de sustancia, tal como hemos dicho, son movimiento, y movimiento es creación, y creación es despliegue de conciencia, y este despliegue es manifestación de pensamiento, todas las sustancias o clases de sustancias se convierten en climas de pensamientos, en atmósferas. Y todos nosotros nos encontramos no sólo en una atmósfera física, sino también en una atmósfera cósmica. Que esto es así no puede negarse. La existencia de todas las sustancias o materias es, evidentemente, una realidad. Y mientras esta existencia sea un hecho, será también un hecho que todo movimiento o despliegue de energía que tiene lugar en la existencia, desde la lejana mota de polvo hasta las lejanas galaxias, es un despliegue o una manifestación de lógica que, a su vez, es lo mismo que despliegue de mentalidad. Y despliegue mental sólo puede ser expresión de vida, sólo puede ser la manifestación de los deseos o anhelos de un ser vivo. Todas las sustancias que hay alrededor del ser vivo, todos los detalles, tanto en sus inmediaciones como en su horizonte lejano, son sin ninguna excepción manifestación de deseos o anhelos. Un análisis más detallado del resultado de las sustancias muestra que éstas son únicamente un gran desencadenamiento o creación de simpatía hacia los seres vivos. Aquí no nos referimos a cada sustancia concreta. En sí misma puede manifestar una inmensa energía destructora. Pero la simple sustancia o la reacción de una simple sustancia no expresa el resultado final. Esto sólo puede hacerlo su interacción con las otras energías y el consiguiente efecto de la reacción final en el ser vivo en cuestión. Aquí este resultado mostrará siempre una simpatía total que, su vez, es lo mismo que amor. Las sustancias son, así pues, el medio a través del cual se les revela a los seres vivos un amor culminante.
      Como las sustancias son pensamientos de amor, y éstos sólo pueden ser una cualidad de un ser vivo, por medio del análisis cósmico de las sustancias se convierte en un hecho que tras ellos hay un ser vivo que piensa. Lo que llamamos Providencia es, así pues, un ser vivo verdadero que, por añadidura, nos abraza a todos o a todo lo vivo con un amor culminante.


Comentarios pueden mandarse al Martinus-Institut.
Información de errores y faltas y problemas técnicos puede mandarse a webmaster.