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"Sustancia macrocósmica"  482. Pero todavía hay otra forma de manifestación de vida en el horizonte cósmico del hombre terreno que, de alguna manera, también se convierte en "sustancia" para la percepción física. El hombre terreno puede percibirse a sí mismo y a sus semejantes en forma de "animales" y "plantas". Esta forma de percepción constituye, tal como se desprendía del análisis, la manera de ver más penetrante o la más perfecta observación de "sustancia". Aquí el individuo puede observar físicamente todos los detalles básicos de la sustancia y ver que esta sustancia expresa en sumo grado manifestación de vida, que es la vida misma. Esta forma de "sustancia" o vida es, por consiguiente, idéntica a nuestra propia aparición y manifestación de vida, y la hemos llamado "sustancia mesocósmica".
      Pero a medida que la sustancia se fue alejando de nuestro propio estadio, se fue haciendo cada vez menor para nuestra perspectiva, y sus detalles se fueron haciendo, de modo correspondiente, cada vez más vagos para finalmente borrarse totalmente como una masa conjunta en forma de nebulosa. Y vimos que esta masa era la materia o realidad que, por lo demás, acostumbrábamos a llamar "sustancia". Pero éste no es el límite de la vista física del hombre terreno. También puede percibir que su propia actuación y la de sus semejantes, en relación con "la sustancia microcósmica", constituyen detalles dentro de detalles todavía mayores. Por medio de sus sentidos físicos puede, por lo tanto, reconocer que el conjunto de la masa de "la sustancia microcósmica" y de "la sustancia mesocósmica" forma un gran detalle que tiene forma de bola o globo. A esta bola la conocemos con el nombre de "Tierra".
      Así mismo puede reconocer que esta Tierra se encuentra en una constelación especial con otros detalles del mismo tipo en forma de bola (los planetas), y que éstos están dominados por el gran centro de fuerza que llamamos "Sol". Esta esfera luminosa puede, a su vez, percibirse como constituyendo solamente un detalle individual entre miles de detalles semejantes (metrópolis de soles o galaxias). Todos siguen órbitas determinadas, siguen leyes particulares. En realidad, todos estos grandes cuerpos celestes sólo son detalles o centros de fuerza que, a su vez, desencadenan juntamente reacciones particulares equivalentes ante los detalles gigantescos del entorno y se muestran, por lo tanto, con exactamente la misma propiedad que descubrimos estaba presente en la materia o sustancia. A estas realidades, cuerpos celestes, astros o soles gigantescos hay en realidad que considerarlos como constituyendo simplemente detalles de una gigantesca configuración de sustancia. A esta "sustancia" la llamamos "universo" o "cosmos". Pero el asombrado hombre terreno no ve ninguna vida tras esta "sustancia". Esto se debe nuevamente a la relación de perspectiva cósmica. Aquí se encuentra frente a realidades tan grandes que, desde el punto de vista físico, sólo puede formarse una idea de un área local determinada de su zona, mientras la totalidad es tan gigantesca que va más allá del área visible. Como, debido a ello, el área visible sólo es un fragmento, quizá por añadidura un fragmento muy pequeño de la totalidad desconocida, con conciencia diurna física no puede comprender el análisis y la estructura completa de la totalidad. No ve y, por lo tanto, tampoco comprende que es un organismo vivo en el cual él mismo y lo que le rodea son microseres o sustancia, que los movimientos de los planetas y del Sol, así como las llamadas "fuerzas de la naturaleza", son funciones de un organismo, son digestión, son pensamientos que han sido desencadenados y, de este modo, son manifestaciones de vida del origen de este gran organismo. Este conocimiento sólo llega cuando la conciencia tiene una orientación cósmica. Entonces ve cómo cada organismo sólo puede existir dentro de otro organismo mayor, así como que éste sólo puede existir como un organismo formado por organismos menores. Con esta actitud se convierte igualmente en un hecho para este ser que ningún organismo en funcionamiento puede existir en absoluto sin ser directa o indirectamente una manifestación de que su origen se encuentra en la existencia viviendo de una manera total o se identifica absolutamente con la vida.
      Considerando que los cuerpos celestes, los astros, los soles o las galaxias existen como organismos de seres vivos, nos encontramos aquí con una especie totalmente distinta de seres vivos. Como los seres vivos constituyen, claro está, centros de fuerza o el fundamento de "la sustancia", también nos encontramos aquí con una especie totalmente distinta de "sustancia" a las dos especies que hemos descrito. A esta "sustancia" la llamaremos en "Livets Bog" "sustancia macrocósmica".


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