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"Sustancia microcósmica"  481. Esta "sustancia mesocósmica" no se diferencia en principio de las realidades que, por lo demás, acostumbramos a llamar "sustancia". Con el análisis de "sustancia mesocósmica" tenemos, por lo tanto, el análisis de todas las otras formas de "sustancia" del universo. Estas formas tienen como resultado el mismo análisis. Son categorías de asociaciones de seres vivos basadas en deseos o anhelos comunes.
      El hecho de que el hombre terreno no esté acostumbrado a percibir las materias o sustancias conocidas de esta manera se debe, como hemos dicho, a una "relación de perspectiva cósmica". Tiene estas sustancias a una "distancia cósmica" tan grande que no ve los detalles locales y, por consiguiente, tampoco ve la presencia de los seres vivos en la sustancia o tras ella. Estas sustancias o materias aparecen por esto para dichos seres como "sin individuos" y las perciben como materias "muertas". Y se las ha investigado como tales por los representantes de la incipiente ciencia durante cientos de años. Sin embargo, por medio de esta ciencia se ha llegado a poder constatar vida o seres vivos, aunque en una forma un tanto vaga o altamente imperfecta, tras la presencia de sustancias vegetales y animales. En cambio todavía no se ha llegado a constatar "seres vivos" en la presencia de materias minerales o tras ellas. El inmenso océano de estas materias todavía es un mundo muerto para los investigadores materialistas de hoy. Que en él hay unas leyes inalterables, que manifiesta, así mismo, grandes variaciones en su manera sistemática y lógica de reaccionar tal como las materias vegetales y animales, que estos investigadores hayan descubierto que en esta materia hay una profusión de centros de fuerza especiales e individuales, que llaman átomos, electrones y nombres parecidos, todavía no les ha dado la facultad de ver que toda sustancia existente, indiferentemente de la forma y el volumen con que se manifieste, no puede existir en absoluto sin ser una reacción de la actuación de seres vivos, que es el resultado de un pensamiento consciente precedente, y que sus tipos de movimiento, o modo de actuar, son, por consiguiente, una función de una conciencia, y que toda sustancia o materia, desde agua, nieve y hielo junto a los polos, a oro, plata y cobre en el interior de la Tierra son producciones de seres vivos.
      La arena, las piedras y la gravilla del desierto son, así pues, tan idénticas a los climas de pensamientos, a las manifestaciones de seres vivos como las casas, los muebles y las máquinas de nuestra vida diaria. Pero la vida tras la arena de los desiertos, el hielo de los polos y el metal del interior de la Tierra se encuentra tan inmensamente atrás en la larga cola de la evolución o está tan alejada del horizonte cósmico del hombre terreno que sus manifestaciones se pierden en la periferia más extrema de este horizonte como una masa nebulosa imprecisa, mientras la vida tras las casas, los muebles, etc. está, en cambio, tan cercana que, cada uno de los detalles de sus manifestaciones lo domina todo en dicho horizonte cósmico, se convierte en gigantesco con respecto a los objetos lejanos del horizonte y, por consiguiente, es fácil de percibir como inconfundible signo de vida.
      Como las manifestaciones de la vida en la lejana periferia de dicho horizonte se muestran, así pues, en miniatura en relación con los detalles centrales de este horizonte y, por consiguiente, se le muestran al conjunto de sentidos humanos terrenos como "sustancia", aquí en "Livets Bog" a esta sustancia le daremos el nombre de "sustancia microcósmica".


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