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Los seres vivos se unen en grupos  475. Por estos caminos no van solos. Siempre habrá otros seres con el mismo anhelo vital y, debido a ello, establecen interacciones con las mismas energías. Tales seres hacen, naturalmente, las mismas experiencias, tienen los mismos ideales, los mismos tipos de organismos físicos. Como consecuencia de esta actitud homogénea con respecto a la vida y al entorno, están entrelazados mutuamente de una manera no consciente y crean una vasta atmósfera común, que constituye la atmósfera no intelectual o más primitiva de la espiral y para los seres en cuestión es toda su existencia. No pueden vivir fuera de ella. Todo lo que hay fuera de ella es para ellos igual a nada o, en el mejor de los casos, sólo cosas secundarias sin importancia. Para estos seres esta atmósfera es, así pues, su única zona de vida tanto mental como física. Y aquí nos encontramos en el centro del principio que sirve de base para la aparición de los seres vivos en forma de organismos, en forma de grupos, razas, especies, tribus, etc., porque todos estos fenómenos son, en realidad, zonas de vida mentales, son el elemento en que el individuo concreto puede estar a gusto. Salir fuera será para el individuo concreto en cuestión una muerte segura, porque entonces no tiene la protección del grupo, no tiene la fuerza protectora en la que principalmente se basan sus condiciones de vida.


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