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Todo es energía de pensamientos. Toda nuestra existencia tiene lugar en medio de una atmósfera predominantemente espiritual o a una longitud de onda que manifiesta vida. Su análisis supremo es humanidad y amor  469. Toda forma de movimiento, no importa cuál, no podría existir sin haber surgido del "cuerpo eterno" de algún ser, y al cual sus consecuencias inevitablemente tienen que regresar. Cuando se trata de los seres o formas de vida que se conocen comúnmente, sus manifestaciones o creaciones también se remontan a los respectivos "cuerpos eternos" de estos seres.
      Todo lo que se conoce como movimiento, energía o fuerza, todo lo que se manifiesta formando la naturaleza, todo lo que aparece como cosas producidas por los seres conocidos es comúnmente un despliegue de conciencia o manifestación de pensamientos. Todo lo que se experimenta, todo lo que es accesible a los sentidos sólo es por lo tanto, en realidad, reacciones de energías de pensamientos. Como estas reacciones dan lugar tanto a tiempo soleado como a tiempo gris, a lluvia como a sequía, a hambre como a abundancia, a guerra como a paz, a pobreza como a riqueza, a dolor como a alegría, a pesimismo como a optimismo, etc., todo lo que en la existencia aparece como accesible a los sentidos será por consiguiente sinónimo de "climas de pensamientos". Estos climas pueden ser más o menos físicos, psíquicos o espirituales, pero su identidad como energía de pensamientos es indiscutible.
      Como toda energía o despliegue de fuerza, toda manifestación o creación es una función de la conciencia o una revelación de pensamientos y ha partido de uno o varios "cuerpos eternos", todo lo que conocemos como materia física, creación física, fuerzas físicas de la naturaleza, etc. son "fuerzas psíquicas". Toda nuestra existencia tiene lugar, de manera consciente o no, en medio de una atmósfera espiritual, es decir, en medio de una longitud de onda, que predominantemente manifiesta vida, o de una constante y eterna manifestación de que todo está vivo, de que todo es pensamiento o conciencia y, finalmente, de que todo lo que soporta esta longitud de onda, todo lo que es su fundamento, es decir, esta atmósfera tan importante para la manifestación de los seres, se muestra en su análisis supremo como la culminación del intelectualismo, que a su vez es lo mismo que la culminación de la humanidad y el amor.


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