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Un "algo" tras las energías. "El yo", "el principio trino" o el análisis básico de los seres vivos  463. Pero para que una energía pueda, en resumidas cuentas, dominar algo, tiene que estar sujeta a unas leyes. Si el Sol, por ejemplo, no estuviese sujeto a unas leyes, sus efectos no podrían ser de ninguna manera sistemáticos. Y jamás habría podido surgir lo que se llama "existencia física". Por medio de un sistema de leyes, todas las energías básicas son llevadas a la revelación de una culminación de "lógica", es decir, a la suprema forma de creación intelectual. Pero la culminación de creación intelectual es lo mismo que la culminación de la más alta prueba de la identidad de las energías como constituyentes de conciencia o vida.
      Si se examina una energía concreta se ve que esta energía no puede pensar ni actuar. Por sí misma carece totalmente de la posibilidad o la condición necesaria para poder manifestar incluso la más mínima forma de creación o revelación de conocimiento intelectual independiente. La existencia de una propiedad así sólo la encontramos en las realidades que llamamos "seres vivos". Por lo tanto, se convierte en un hecho irrefutable que las energías por sí mismas no son lo más elevado de la vida o existencia, pero que tiene que haber "algo" tras las energías que, por medio de ellas o con su ayuda, pueda revelar intelectualismo y así demostrar su inalterable existencia en cada forma o tras cada forma de manifestación visible o creación. Ya nos hemos referido a este "algo" anteriormente aquí, en "Livets Bog", con el concepto "X1". Este "algo" no es por sí mismo energía y, por consiguiente, no puede ser una cosa creada, pero, en cambio, todas las cosas creadas son necesariamente una creación de este "algo". Dicho "algo" es, por lo tanto, el origen de las cosas creadas. Este "algo" es lo que constituye el yo tras cada ser vivo.
      Como "el algo", de que estamos tratando, que de este modo es el elemento supremo de la existencia, no puede manifestarse visiblemente o revelar su presencia en la vida o el universo sin una facultad creadora y un material con el que poder crear, este mismo "algo" se convertiría en insignificante o igual a "nada" si estas dos últimas realidades mencionadas no existiesen. Este "algo" o yo tampoco puede existir sin estar indisolublemente entrelazado a su destino o al material para esta facultad creadora, realidades ambas que así mismo hemos mencionado aquí, en "Livets Bog", con los conceptos "X2" y "X3" respectivamente. Estas tres realidades que más tarde explicaremos más detalladamente en "Livets Bog" por medio de símbolos y análisis especiales, son, así pues, por sí mismas totalmente inseparables y constituyen, por consiguiente, una unidad inquebrantable. Como estas tres realidades juntas constituyen exactamente las tres condiciones necesarias para que un "algo" pueda manifestarse como "un ser vivo", tenemos aquí, frente a nosotros, el análisis básico absoluto del ser vivo. Cada ser vivo forma, así pues, un "principio trino".
      Como más adelante veremos, por medio de este análisis del ser vivo, nos vemos precisados a reconocer que el universo constituye por sí mismo exactamente el mismo análisis, o se nos revela como estando formado justamente por los tres mismos principios, por medio de los que se convierte en un hecho que éste también es un ser vivo. Y la lógica que se nos ha revelado por medio de las destacadas energías o fuerzas macrocósmicas de la naturaleza queda aquí explicada totalmente, de la misma manera que el concepto "Divinidad" o "Providencia", y la aparición de los seres vivos "a imagen y semejanza de Dios" quedan aquí, así mismo, justificados.


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