Lee y busca en El Tercer Testamento
   Apdo.:  
(289-638) 
 
Búsqueda avanzada
   

 

Cuando la facultad de compasión se convierte en amor universal, "la conciencia cósmica" entra de nuevo en la conciencia diurna, y el ser se convierte en "uno con el Padre"  457. Pero en los campos en que el ser no puede formarse "imágenes de fantasía" correctas, tampoco puede entrar en contacto con la realidad. No tiene vivencias precedentes, es decir, experiencias suficientes. Y donde no tiene experiencias suficientes, tiene menos conocimiento y, por consiguiente, comete necesariamente muchos errores, es decir, desencadena actos que están en conflicto con las leyes de la naturaleza o la ley de la existencia. Esto, a su vez, dará infaliblemente lugar a una desarmonía correspondiente, o sea, dolor y sufrimiento en la vida o existencia del ser. Pero, claro está, una forma de existencia así le da al ser las experiencias que le faltan, con lo cual adquiere el material de recuerdos necesario para la construcción de la facultad de compasión que le falta y, de este modo, es protegido contra la repetición de los mismos errores. De este modo la facultad de compasión se hace cada vez más perfecta. Y el ser finalmente puede sentir compasión en todos los campos de la vida. Y en este estadio la facultad de compasión se ha convertido en idéntica a la fuerza del universo que conduce y dirige eternamente, con lo cual su origen se siente "uno con el Padre". Esta fuerza es, a saber, idéntica a lo que llamamos "amor". Y con la presencia permanente de este clima de pensamientos en el ser del individuo, "la conciencia cósmica" entra de nuevo en la conciencia diurna, y el individuo continúa su paso por la espiral a través de los mundos intelectuales.


Comentarios pueden mandarse al Martinus-Institut.
Información de errores y faltas y problemas técnicos puede mandarse a webmaster.