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"La conciencia cósmica" alcanza su estadio latente en el hombre terreno. El materialismo y la guerra como consecuencias de esto  452. Pero como "la conciencia cósmica" precedente está agonizando, es decir, está decreciendo y tiene su zona latente en los estadios evolutivos en que el hombre terreno se encuentra, se da por descontado que, junto con el decrecimiento de esta conciencia, la concepción de las cosas como "manifestaciones de vida", concepción basada en dicha conciencia, también tiene que estar decreciendo. Y entonces, es esto lo que vemos. Vemos que los seres cada vez más pierden la fe en dioses y providencias, se vuelven materialistas e, incluso, niegan directamente la existencia de toda vida que no tenga la naturaleza de su propia especie o de la especie animal. A las plantas y a los minerales, a todas las fuerzas de la naturaleza, a toda la enorme creación que tiene lugar en ellos y alrededor de ellos les niegan toda forma de origen vivo, a pesar de que esta creación es altamente sistemática, es, al cien por cien, una prueba de talento intelectual. Sin embargo, todo esto es un libro cerrado para los seres que han perdido la facultad de creer y aún no tienen facultades intelectuales para transformar estas cosas en conocimiento.
      Pero este estado de oscuridad es, claro está, un eslabón imprescindible de la propia perfección del ciclo de la espiral, es nada menos que el cumplimiento total del inalterable deseo que los seres han alimentado durante su saciedad total de la armonía y el conocimiento del "mundo divino". Es para hacer esta experiencia que se han movilizado las fuerzas del anhelo o del deseo de todos los seres. Esta experiencia es la gran luz para todos los seres que se han saciado de la abundancia de la atmósfera del "mundo divino". Y esto también se muestra, con una fuerza tal que no da lugar a dudas, a través de las presuntas religiones "paganas". El camino al Valhala o "reinos celestiales" paganos no pasa por la situación de "dar la mejilla derecha cuando a uno le pegan en la izquierda", sino al contrario a través del hecho de sacar la espada de su vaina y asesinar y matar, cuanto más mejor, a todo lo que se opone al cumplimiento de los propios deseos y anhelos. Que "la conciencia cósmica" tiene que morir, o que el alto conocimiento del hecho de que "quien a espada mata, a espada muere" tiene que borrarse de la conciencia para que tales tendencias puedan convertirse en ideales autorizados, y los deseos y anhelos primitivos relacionados con ellos puedan alcanzar su culminación y cumplimiento se da, naturalmente, por descontado. Y la culminación de esta zona de los deseos oscuros es lo que se manifiesta en cada guerra o en cada campo de batalla, tanto a nivel privado como público.


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