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"La conciencia cósmica", que está agonizando, tiene un renacimiento en forma del instinto religioso del hombre terreno  451. Con este descubrimiento y en virtud de la evolución más avanzada de este organismo y del consiguiente incipiente desarrollo de "la conciencia de yo" o facultades anímicas, sucede que "la conciencia cósmica" del ser, que está agonizando, cobra nueva vida, tiene una especie de últimos espasmos antes de la muerte.
      En esta primera e incipiente "conciencia de yo", la menguante "conciencia cósmica" tiene posibilidades algo mayores de desenvolvimiento que en la primitiva conciencia animal común. Y en forma de "instinto", tiene aquí un renacimiento.
      Que "el instinto" es "la conciencia cósmica" innata de las zonas intelectuales de la espiral anterior se ve en el hecho de que, como ya hemos dicho, el ser en principio tiene la misma actitud ante el mundo exterior y los detalles o fenómenos relacionados con él que el ser "cósmicamente consciente", que aparece mucho más adelante en la espiral. Ve todos estos detalles y fenómenos como "manifestaciones de vida". Esta actitud es puramente automática y, por consiguiente, se revela a sí misma como "conocimiento-C" que, por su parte, sólo ha existido como resultado de precedente pensamiento consciente.
      Esta "conciencia cósmica" antigua deja sentir su efecto, en forma de "instinto", a través de las diversas especies extinguidas de hombres primitivos hasta los más primitivos hombres terrenos actuales, es más, llega hasta lo más profundo de los presuntos pueblos civilizados. Todo lo que forma parte del concepto religiosidad es reforzado por este estado de la conciencia de los seres en cuestión. Todas las formas de creencia y las sectas y sociedades que se basan en ellas tienen, así mismo, exclusivamente como fundamento esta "conciencia cósmica" anterior, pero ahora no consciente. Y este estado no consciente hace que los fenómenos religiosos y espirituales sólo puedan ser un asunto de fe. Esta fe es, por consiguiente, verdadera en un principio, mientras les deje ver a los seres todos los detalles o, en resumidas cuentas, todos los movimientos de la existencia como "manifestaciones de vida", o las fuerzas de la naturaleza como resultados de poderosos seres, que están por encima de lo físico, tal como "dioses", "una divinidad" o una "providencia". Mientras el ser todavía "crea" firmemente en la existencia de seres así, todavía está bajo la influencia de su "conciencia cósmica" precedente, es más, en principio es análogo a los seres que están más allá del "gran nacimiento", con la única diferencia de que éstos tienen "conciencia diurna" de los fenómenos más elevados, mientras que aquel ser sólo "cree".


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