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El ejercitarse en hacer juegos malabares con "la energía del peso" y "del sentimiento" pone al individuo en contacto con la mentalidad de la Divinidad  432. La experiencia más baja que hace la conciencia de este hacer juegos malabares la vive el yo en el reino animal, en el que su incipiente dominio o toma de dirección de "la energía del peso" y su uso de las explosiones al servicio del "principio mortífero" con mucha frecuencia, debido a ignorancia, se dirige contra él mismo. Esto tiene lugar en forma de comportamiento egoísta. Debido a ello, el individuo, también experimenta en esta zona las más graves formas de los efectos groseros del fuego o de "la energía del peso". En todas las situaciones en que "castiga", hace sufrir o persigue a otros seres, los resultados finalmente lo alcanzarán a él mismo. Porque aquí las ondas de energía también tienen que ir en ciclo y terminar solamente en su punto de partida, es decir, en su origen. Pero estas vivencias, claro está, le dan al individuo experiencia, y las otras energías básicas de la espiral, es decir, las energías intelectuales pueden usarse cada vez más. Y el dominio de "la energía del peso" por medio de "la energía del sentimiento" se va haciendo aquí, en el mismo grado en que estas energías se van abriendo camino en la conciencia, una forma cada vez más refinado, lo cual a su vez quiere decir que está más y más en conformidad con la lógica del universo o con el plan que constituye la disposición final divina con respecto a este universo, que, por su parte, es lo mismo que la más alta experiencia de armonía o la experimentación intelectual en su punto culminante por parte de los seres.
      Esta experiencia tiene lugar, como los lectores ya saben, en la zona más alta de la espiral: "el mundo divino". En esta zona también hay "energía del peso". Aunque bien es verdad, tal como muestra la imagen, que aquí está latente, sin embargo es lo suficientemente fuerte para poder suministrar la fuerza dinámica necesaria para las manifestaciones que tienen lugar aquí. Las materias aquí no son de una naturaleza tan concentrada o fosilizada como en el mundo físico, lo cual hace que los seres puedan experimentar la mayor liberación posible de esta materia, tener la mayor libertad de acción o tener el campo libre para su más alto conocimiento o saber y por medio de ello experimentarse como estando en contacto con una mentalidad que es análoga al cien por cien a la de la Divinidad.


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