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La reacción entre "la energía del peso" y "la energía del sentimiento". "La energía del peso" se encuentra en la base de todas las fuerzas sexuales, tanto las que estimulan la reproducción como las que estimulan la fuerza dinámica de todas las cosas. Todos los desencadenamientos del principio "matar" son "energía del peso" dirigida por la voluntad.  430. Con respecto a esto hay que comprender que las fuerzas sexuales abarcan mucho más en la mentalidad o conciencia del ser que justamente lo que se ve en forma de erotismo, enamoramiento, apareamiento, mantenimiento de la especie o procreación corriente. Este tipo de fuerzas sexuales sólo representa, claro está, las energías del conjunto de energías de la sexualidad que se han convertido en un hábito de la conciencia, un talento o una función automática para la creación de organismos o reproducción, aunque con parcial control por parte de la voluntad. Pero las fuerzas sexuales forman una escala mucho más grande que la que representa la reproducción, en realidad constituyen todo lo que en alguna manera existe de calor en la carne y la sangre del organismo. Este calor, como ya sabemos por análisis anteriores, es idéntico a "la energía del peso". Toda forma de contacto de esta energía con las otras energías es lo mismo que sexualidad y, de acuerdo con esto, posteriormente en "Livets Bog" también será descrita con la expresión "el fuego supremo".
      "La energía del peso" es explosiva por naturaleza, es decir, su fuerza se dirige "hacia fuera" contrariamente a la energía del "sentimiento" cuya fuerza se dirige "hacia dentro". Estas dos propiedades son las que, a su vez, son el motivo de que el calor actúe como dilatante mientras el frío actúa como contractivo. Es por ello que la reacción del encuentro entre estas dos clases de energía da inevitablemente lugar a una explosión allí donde predomina "la energía del peso", y a una concentración absoluta, fosilización o cristalización donde predomina "la energía del sentimiento". Cuando se sabe que en la espiral el yo, desde el punto de vista de la evolución, se mueve desde "el reino de la bienaventuranza" a través de "la energía del instinto" y "la energía del peso" y continúa hacia "la energía del sentimiento", y por medio del símbolo n.º 9 se conoce la zona de despliegue de estas energías, no es difícil comprender que el yo en su movimiento evolutivo tiene, precisamente, que llegar a un lugar o zona de la espiral en que "la energía del sentimiento" todavía no es demasiado prominente con respecto a "la energía del peso". La consecuencia tiene que ser que esta última energía predomina totalmente aquí, es decir, que esta zona tiene, por consiguiente, que convertirse en una zona de fuego o de llamas. Una zona así está representada por los soles o por todos los cuerpos celestes que se encuentran en estado de fuego.
      Pero como el yo, en su caminar por la espiral, sigue avanzando, tiene que llegar, igual de inexorablemente, a una zona en que "la energía del peso" está a punto de ser dominada por "la energía del sentimiento". En este estadio tiene, necesariamente, que haber situaciones en las que "la energía del sentimiento" es la predominante y situaciones en las que "la energía del peso" es la predominante y, debido a esto, en la existencia hay alternativamente tranquilidad y explosiones. La energía del sentimiento, todavía sólo en parte suficiente, no puede mantener totalmente en jaque a "la energía del peso". Pero, poco a poco, se estimula el caminar evolutivo del yo que avanza cada vez más. "La energía del sentimiento" aumenta, con lo cual "la energía del peso", de modo correspondiente, está cada vez más bajo control. Las explosiones son cada vez menores, lo cual en realidad quiere decir que pasan, de modo correspondiente, más y más bajo el control del yo, son dominadas por la voluntad, finalmente se ponen al servicio de la conciencia diurna despierta. En el macrocosmos una zona así está representada por los cuerpos celestes que llamamos "estrellas camino de extinción", y en la espiral del hombre terreno o mesocosmos por los seres que estimulan "el principio mortífero". Todo lo que sin excepción forma parte del hecho de "matar" es justamente lo mismo que "energía del peso" dirigida por la voluntad.


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