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Por qué se ha enseñado que los astros físicos oscuros son mundos fríos y muertos. El globo terrestre está más adelantado en su espiral que el Sol lo está en la suya  420. De este modo, hemos presenciado aquí una "creación macrocósmica de feto". Hemos visto "el semen macrocósmico" (las nebulosas) transformarse en sistemas cada vez más complicados, es más, llegaron a una perfección tal que, por lo menos, uno de ellos (el globo terrestre) se convirtió en un organismo cuyos microindividuos fueron, entre otros, los seres humanos, lo cual quiere decir, a su vez, seres con una facultad de pensar y de investigar muy adelantada, seres con un incipiente nivel intelectual muy elevado, seres que pueden empezar a investigar y con ello experimentar la naturaleza de su propio macroser y su propia identidad como hijos de Dios inmortales o con existencia eterna. Hemos visto, por consiguiente, un proceso evolutivo que, efectivamente, se formó como un fuego que se apagó. Esto, naturalmente, también le ha dificultado en muy alto grado al hombre terreno poder adquirir la imagen del universo correcta o absoluta. Como el hombre terreno, desde tiempo inmemorial, no ha podido evitar percibir el Sol como una fuente de luz y calor, e incluso como una verdadera fuente de toda la vida física, dado que para la vista física siempre ha habido oscuridad y frío allí donde sus fuerzas no llegan, esta fuente de vida ha sido, en gran medida, venerada por el hombre del pasado como idéntica a la misma Divinidad.
      Ciertamente, no es ninguna exageración decir que incluso algunos de los pioneros de la investigación moderna han considerado al Sol o a los soles como mundos de una naturaleza mucho más superior que los fríos y oscuros mundos físicos, y han estimado que estos cuerpos celestes eran residencia de seres de un rango intelectual mucho más elevado que los seres que los astros físicos, fríos estaban destinados a alojar. Y, ¿acaso, no sucede hoy en día que la investigación presenta a estos astros fríos como mundos que están "agonizando" o que están "muertos"? Y es muy natural que tenga que llegar a este razonamiento mientras todavía sólo se apoye en fenómenos terrenos-físicos puramente exteriores y no conozca el mundo invisible, cósmico de causas que se encuentra detrás o la vida en los mundos físicos superiores. Por consiguiente, es víctima de la misma ilusión que ha llevado a la gran mayoría a derramar la mayor parte de lágrimas, a saber, la ilusión de "la muerte". Pero no hay nada más erróneo que el antedicho razonamiento. Del mismo modo que el ser vivo no está muerto por el hecho de no seguir estando en su cuerpo físico, un astro tampoco está muerto por el hecho de no seguir siendo un sol físico. Al contrario, ahora vamos a ver casos en que incluso aventajan largamente al Sol en su aparición como manifestación de vida. Es naturalmente cierto que la naturaleza del cuerpo físico del ser vivo se disuelve cuando es abandonado por el yo, y que los astros físicamente fríos así mismo se disuelven cuando son abandonados por los yo que están tras ellos. Lo que llamamos "lunas" está formado, por regla general, por "cadáveres de astros" de este tipo. Pero lo que aquí vamos a precisar es que el yo de un astro no ha abandonado al astro por el hecho de que éste ya no existe como un sol, sino que aparece como un astro "enfriado". Al contrario, un astro así "enfriado" se convierte, precisamente, en el instrumento más perfecto del yo del ser astro en cuestión para el despliegue de intelectualismo en la zona física.
      Si observamos, por ejemplo, nuestro propio astro, la Tierra física, entonces está evidentemente claro que aquí, a través del cuerpo físico de la Tierra, se revela un inmenso océano de fuerzas que, en realidad, sólo existían en estado embrionario en el precedente estado de fuego del cuerpo de esta Tierra, y que fuerzas equivalentes así mismo sólo se encuentran hoy en estado embrionario en el Sol actual. Nuestra Tierra física es, así pues, un astro mucho más adelantado en su espiral que el sistema solar en el suyo. La única diferencia con respecto a la ventaja que uno de estos cuerpos celestes lleva al otro es que el sistema solar forma parte de una espiral superpuesta. Pero este sistema es, así pues, un ser "más joven" en esta espiral que el globo terrestre en la suya.


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