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Por qué "el mundo exterior" del "reino de la bienaventuranza", "el reino mineral", es percibido por el hombre terreno como un mundo sin vida  410. "El reino de la bienaventuranza" es, así pues, un mundo muy peculiar y se diferencia de los otros reinos de la espiral en que sólo puede experimentarse como un "mundo interior". Como ya hemos indicado tiene, naturalmente, un "mundo exterior", ya que como todas las otras manifestaciones del universo constituye energía que, a su vez, es por naturaleza sustancia o materia. Pero "el ser bienaventurado" no tiene ningún órgano o sentido para percibir esta materia después de que sus facultades intuitivas hacia el exterior han cesado. De aquí en adelante sólo puede percibir fundamentalmente con las formas de energía o "longitudes de onda" que constituyen sus recuerdos. En cambio, "la parte exterior" del "reino de la bienaventuranza" puede percibirse por seres que tienen órganos o sentidos para experimentar "el mundo exterior", entre ellos el hombre terreno. Estos seres experimentan, como ya hemos indicado anteriormente, "la parte exterior" del "reino de la bienaventuranza" como "reino mineral".
      Pero como en esta "parte exterior" no tienen lugar funciones exteriores con conciencia diurna despierta que puedan ser consideradas o percibidas por estos seres como expresión de manifestaciones de voluntad o de pensamiento, tal como en su propio mundo, dichos seres han tenido que acostumbrarse a percibir todas las funciones de la energía del "reino mineral" como "carentes de vida". Debido a falta de "conciencia cósmica", la hermosa esfera celestial de este mismo reino todavía constituye para estos seres un terreno totalmente desconocido.
      La inmensamente hermosa "parte exterior", que "el reino de bienaventuranza" tiene en forma de "reino mineral", es para ellos un mundo desierto y muerto. Sus maravillosos cristales, sus magníficas flores de hielo en nuestras ventanas en invierno, sus materias concentradas o sólidas en forma de oro, plata y piedras preciosas, sus espléndidas materias llameantes y resplandecientes en forma de soles y galaxias, sus montañas vomitando fuego y sus formaciones rocosas hechas pedazos, sus colinas y sus valles, sus cumbres y sus precipicios, sus colores y sonidos, sus rayos y truenos, en fin, toda su manifestación, desde el fuego al hielo, desde el brillar del sol durante el día a la oscuridad de la noche, es percibido por los seres de la zona terrena, es más, incluso por los que tienen una orientación científica, como funciones sin vida. A pesar de que los fenómenos de este mundo, aquí nombrados, también siguen leyes visibles, y leyes, por su parte, son lo mismo que planes, y los planes no pueden existir sin ser idénticos a pensamientos, y los pensamientos son funciones de conciencia, y éstas, a su vez, son lo mismo que vida, "el reino mineral" todavía es, sin embargo, percibido por los seres terrenos intelectuales como constituyendo de una manera absoluta un "reino de muerte".


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