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La escritura y el lenguaje sólo son medios indirectos de manifestación del yo  375. Como "el mundo divino" difiere, de este modo, del físico en el hecho de que todos sus detalles son manifestaciones directas, expresiones directas de la conciencia de seres vivos; como la materia obedece directamente al deseo o apetito, la comunicación mutua o interacción entre los seres vivos será de una superioridad casi incomprensible en relación con la comunicación física. Mientras toda la comunicación física aquí, en la zona física, sólo se basa en medios de expresión indirectos, la comunicación en "el mundo divino" se basa exclusivamente en una expresión al cien por cien directa. Aquí, en el mundo físico, los seres vivos deben transmitir sus pensamientos, es decir, deseos y apetitos, con símbolos creados de materia física. El conjunto de unos símbolos así constituye, a su vez, lo que llamamos "la lengua". Esta lengua aparece, por su parte, con dos vertientes distintas que llamamos "habla" y "escritura". De ellas, el habla es el medio de comunicación más antiguo. Se ha desarrollado desde el rugido del animal hasta el actual modo de hablar humano perfecto. En sí misma es simplemente una serie de formas sonoras, cada una de las cuales es, para una serie de personas, una señal común de uno de los pensamientos o matices de conciencia con que los seres construyen su percepción de la vida. A una forma sonora así la llamamos una "letra". Las letras pueden agruparse formando "palabras", y éstas pueden agruparse de nuevo formando frases. Y con las frases se pueden expresar con materia física amplios y completos matices de conciencia. Esta materia es, en este caso, el aire. De manera directa, "el habla" de los seres sólo es una serie de vibraciones de aire, pero de manera indirecta es una serie de señales que muestran cómo los seres perciben interiormente la existencia. Los otros seres tienen acceso a estas percepciones por medio del "oído". Sin este sentido la vida psíquica interior oculta de los seres no sería accesible a través del "habla".
      Del mismo modo ha sido gradualmente posible hacer este "habla" accesible a "la vista", ya que a las formas sonoras se les ha dado una señal con materia visible, se ha hecho aparecer las letras en las formas cuyo contraste es visible para el ojo. De manera directa, las palabras escritas sólo son, así pues, un fenómeno físico, en realidad sólo son una variación de luz y sombras, y se convierten únicamente en una expresión indirecta de la manera en que el ser percibe la vida con su conciencia. En el mundo físico la vida cogitativa interna del ser está, por consiguiente, oculta tras fenómenos físicos exteriores y, debido a ello sólo se hace visible de una manera indirecta en todas las situaciones. Es un eslabón intermedio entre el yo y su manifestación física exterior. Pero en los mundos superiores de la espiral, donde no existe ningún mundo exterior en forma concentrada, la vida cogitativa se convierte con ello, tal como hemos dicho, en directamente visible, y el lenguaje, tal como se encuentra en el mundo físico, en totalmente superfluo.


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