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El reino animal y las energías básicas  360. En realidad, "el reino animal" sólo es, así pues, una continuación del "reino vegetal", pero aquí las energías básicas han entrado en otro estadio de su trayectoria rítmica. "La energía del instinto" domina menos y está en declive constante. "La energía de la inteligencia" ha comenzado aquí a dejar sentir su efecto. El individuo comienza a poder analizar y, de este modo, adquiere conciencia de los detalles del mundo exterior, comienza a adquirir conocimiento. Pero aquí la energía más destacada es "la energía del peso" (el fuego) que, tal como muestra la imagen, culmina. Esta energía se transforma, por consiguiente, en la energía que da carácter a la zona. Pero dado que "la energía del sentimiento" (el frío), tal como la imagen también muestra, está fuertemente representada, "el reino animal" no se convierte en ningún mar de fuego llameante o masa de sol incandescente. "La energía del sentimiento" mantiene a raya a "la energía del peso", de modo que sólo se manifiesta como "calor". Todos los seres del "reino animal", es decir, los seres cuyos cuerpos u organismos están compuestos de la combinación de materia de esta zona, son por consiguiente, sin ninguna excepción, seres "calientes". Esto no significa, naturalmente, que todos son igual de "calientes". En esta zona tenemos, claro está, seres que llamamos de sangre fría, pero estos seres también representan una forma de "calor" en su carne y su sangre. La temperatura de su cuerpo es simplemente inferior a la de los animales superiores en unos grados, pero todavía son "más calientes" que los seres vegetales que también representan un cierto grado de calor, y cuyos cuerpos también tienen que considerarse como formando parte de organismos "calientes". Sin embargo no pueden desarrollarse a una "temperatura bajo cero". Pero en el reino animal culmina la manifestación de organismos "calientes". En los seres del reino animal "la energía del peso" o energía explosiva está presente en el grado más alto.
      Como "la energía del sentimiento", a pesar de que también está altamente presente en esta zona, no puede mantener totalmente a raya "la energía del peso", en dicha zona hay una cantidad muy grande de "explosiones", es decir, una cantidad muy grande de campos en que los efectos de "la energía del sentimiento", o energía que enfría y condensa, de pronto fracasan, y los efectos de "la energía del peso" predominan momentáneamente.
      Como, en esta zona, los organismos de los seres se basan en un cierto predominio del sentimiento sobre "la energía del peso", en el ser en cuestión surgirá una cierta perturbación tanto física como mental cada vez que un predominio tal se interrumpa. Como esta perturbación es explosiva, es desgarradora o destructora para toda concentración de materia. Como los organismos físicos de los seres constituyen, precisamente, concentraciones de materia así, son en muy alto grado objeto de dichos desgarramientos. Estos desgarramientos son aquello a lo que llamamos "enfermedad". Todas las formas de accidentes, cada mutilación física, indiferentemente de cómo ha surgido, indiferentemente de lo que se señale como su causa, serán en todos los casos la interrupción del dominio de "la energía del sentimiento" por "la energía del peso". Como la mentalidad o función del pensamiento en esta zona se basa en gran parte en experiencias por medio de un organismo físico, "las explosiones" en cuestión o desgarramientos de los organismos crearán en un grado correspondiente perturbaciones en la vida interior o mentalidad de los seres en cuestión. A estas perturbaciones las llamamos "dolor", "melancolía", "enfermedad mental" y "debilidad mental". Estos fenómenos son todos sin excepción una consecuencia del desequilibrio entre "la energía del peso" y "la energía del sentimiento".
      Como "la energía del peso" culmina en el reino animal y en los otros reinos sólo aparece en menor cantidad con respecto a las otras energías, "el reino animal" se convierte, de este modo, en la zona en que los sufrimientos corporales y mentales culminan. Por consiguiente, aquí, en "Livets Bog", hemos llamado, a este reino "la zona del principio mortífero". Todas las experiencias se basan aquí en falta de armonía y sufrimiento, imperfección y primitivismo. Dicha zona es, por ello, la zona de "la oscuridad". Es el único "infierno" que existe en la vida.
      El hecho de que esta zona se haya convertido en la residencia de la oscuridad o los sufrimientos también se debe a la circunstancia de que "la energía de la inteligencia" precisamente ha comenzado a dejarse sentir tanto, que con su ayuda los seres han podido en gran medida incrementar su conciencia física diurna con verdadero conocimiento en vez de "conciencia de percepción vaga" o "conciencia instintiva".
      Con la incipiente "inteligencia", los seres están aquí en condiciones de estudiar el carácter puramente físico de sus experiencias. Pueden aprender de ello. Pero este aprendizaje favorece en primer término el despliegue del "principio mortífero". La energía explosiva es usada al servicio del instinto de conservación. Como en esta zona hay que matar para vivir, el primer uso de "la energía de la inteligencia" será a favor de la capacitación para matar. Pero los seres animales no están en condiciones de adquirir ningún conocimiento sobre la verdadera existencia eterna del ser vivo o su naturaleza inmortal, porque "la energía de la intuición" se encuentra aquí, tal como muestra la imagen, totalmente latente. Dado que es esta energía la que da acceso al más elevado mundo de ideas de la existencia, y "la energía del recuerdo" o de "la bienaventuranza" está degenerando fuertemente en este ser, su concepción de la existencia, su idealismo y moral sólo pueden ser reflexiones desde la zona del "principio mortífero". Su mayor deseo sólo puede consistir en ser un genio en asesinar. Y entonces también vemos que esta manera genial de ser se despliega, domina al animal en su más alta manifestación que es el hombre terreno.
      Este ser es, con su conocimiento de las sustancias explosivas, sus aviones de bombardeo y sus armas de fuego de todos los tipos, su falta de conciencia sobre formas de vida o de existencia superiores, su carencia de la facultad de amar y la moral de muerte correspondiente, el genio del asesinato en su estadio culminante.
      El animal en forma del hombre terreno es, así pues, en virtud de la combinación especial de las energías básicas en la segunda zona de "la espiral", el mayor adversario de la vida y de la existencia. El ser es aquí su propio "enemigo mortal" más grande, aunque desconocido. En la segunda zona de "la espiral" se crea la experiencia que el ser hace del contraste con la realidad, a saber, una existencia que casi no tiene ningún intelectualismo, ningún amor y ningún Dios.


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