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Símbolo n.º 9
La combinación de las energías básicas
Las siete energías básicas están presentes en todas partes  358. Como hemos visto en lo que precede, el conjunto de toda la suma de energías o sustancias del universo está compuesto de siete tipos básicos distintos de energía o fuerza. Pero estos tipos básicos están combinados entre sí de tal modo que ninguno de ellos existe en su forma más absolutamente pura. Cada uno de estos tipos está presente en todas partes, se encuentra en todas las cosas. En cada forma de creación, y por consiguiente en cada forma de todo lo que forma parte del concepto "cosas creadas", ya sea carne y sangre, tierra y arena, mar y cielo, plomo y plumón, o bien amor y odio, puede demostrarse la presencia de las siete energías básicas, pero no se encuentran presentes con las mismas cantidades. Y es precisamente debido a esto que, en resumidas cuentas, existe el fundamento para que tenga lugar toda forma de creación. Si las energías sólo existieran de una en una en la conciencia, no podría tener lugar ninguna vibración, ningún movimiento, ninguna función en absoluto. Todo sería quietud. Movimiento o vibración y, por consiguiente, todas las actividades de la conciencia son lo mismo que la reacción del contacto de las energías entre sí. Pero si no fuesen distintas, no podría, claro está, surgir ninguna reacción. El universo sería igual a "la nada". Pero afortunadamente esto es lo contrario de los hechos. El universo no es una "nada", sino un "algo". Y, en relación con esto, el concepto "nada" jamás será otra cosa que la expresión de un contraste imaginario de este "algo" o realidad.
      Toda experimentación, toda creación, toda conciencia sólo constituye, así pues, reacciones entre las energías básicas. Y es, precisamente, en virtud de esto que estas realidades pueden ser denominadas "química cósmica". Como ya hemos dicho, el ser vivo es, por consiguiente, un "químico cósmico". El resultado de ello es su experimentación y manifestación. El material para esta "química" es el conjunto de las sustancias del universo que a su vez, como hemos demostrado aquí, existen en forma de siete tipos básicos de energía, seis de los cuales constituyen directamente el material para la creación temporal y la experimentación, mientras que el séptimo constituye el fundamento de la existencia eterna y del despliegue de destino del yo.


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