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La intuición y los redentores del mundo. La quinta gran fuente de energía del yo. La energía de la intuición es idéntica al "espíritu santo"  355. Pero tras esta fuente de fuerza hay todavía otra energía para ayudar al yo a manifestarse en la materia exterior. Esta fuente de fuerza se muestra como ideas terminadas o material de ideas o conocimiento que penetran en la conciencia. Al hecho de experimentar esta invasión de conocimiento en la conciencia lo llamamos "intuición". Pero como una penetración así de la conciencia por ideas terminadas también es una función de una facultad, esta función se convierte, a semejanza de los otros cuatro grandes despliegues de energía, en una función de la energía. Y a esta energía la he llamado aquí, en "Livets Bog", "energía de la intuición".
      Como esta energía o materia es la menos usada aquí, en el estadio humano terreno, hay muy pocos detalles con que manifestarla. El hombre primitivo conoce muy poco sobre "la intuición". En cambio se muestra frecuentemente en los grandes escritores, artistas y, de manera especial, en los redentores del mundo. En estos últimos, esta energía se encuentra en la base de todo su conocimiento. El caso es que estos seres han avanzado tanto en su evolución que tienen "la energía de la intuición" bajo el control de la voluntad, cosa que no sucede en los otros seres nombrados. En los artistas y escritores sólo entra, por regla general, en función en ciertos estados de éxtasis, por ejemplo en la alegría del enamoramiento, en la alegría sobre la naturaleza u otras formas de alegría. En un estado así de éxtasis el artista o el escritor es colmado de ideas para sus producciones.
      Cuanto más perfecta sea "la intuición", más acabado es el conocimiento que afluye al cerebro por medio de "la intuición". De este modo, obras de teatro, novelas o poesías completas pueden afluir al cerebro o conciencia del escritor. El material, que, por consiguiente, estos seres han recibido de esta manera, está prácticamente acabado, por lo tanto el trabajo cerebral para manifestarlo u organizarlo es muy mínimo.
      Por lo que respecta a los redentores del mundo, en quienes "la facultad de la intuición" es perfecta y está al cien por cien bajo el control de la voluntad, "la experimentación por medio de la intuición" se convierte en el único y mayor acceso a las zonas y esferas de mundos superiores, se convierte en un viaje sin límites avanzando y retrocediendo en el inmenso espacio y tiempo del universo, en una experiencia perfecta del fundamento del universo: la conciencia de Dios o el Padre eterno.
      Como un uso así de "la facultad de la intuición" sólo es posible en el estadio evolutivo de un redentor del mundo, está claro que esta facultad en este estadio no es conocida por el hombre terreno común. Pero para quien tiene la capacidad de escudriñar la conciencia de los redentores del mundo, las pruebas de la existencia de una facultad así serán innumerables.
      "La intuición" constituye, por consiguiente, una forma superior de experimentar que se distingue de la común por el hecho de que es como de una naturaleza interior. Cuando se está en la carne y la sangre física, "la intuición" se siente como una experiencia que viene de dentro. Toda la otra experimentación de conocimiento es una experiencia que viene de fuera.
      Mientras los seres, en general, sólo pueden experimentar conocimiento que viene de fuera por medio de experiencias y acontecimientos de tipo físico, los seres en quienes está desarrollada "la intuición" experimentan, así pues, conocimiento y experiencias desde dentro. Y, tal como veremos posteriormente en análisis especiales de este tema, un ser así se encuentra, de este modo, en dos mundos.
      Como no se puede eludir con explicaciones que hay muchos artistas, tanto en el campo de la literatura como de la pintura, que han recibido la mayor parte de sus obras o producciones geniales por medio de experiencias desde dentro, y estas obras, por consiguiente, no han podido ser en absoluto producto de una especulación cerebral puramente intelectual, se convierte de este modo en un hecho que "la facultad de la intuición" y la energía que se revela por medio de ella existen.
      Dado que "la energía de la intuición" constituye el material en el que se manifiestan los tipos de pensamientos que forman el más alto saber y conocimiento sobre la vida y la existencia, esta energía es idéntica a lo que en la Biblia se conoce como "el Espíritu Santo". Este espíritu divino o energía es la quinta gran fuente de energía del yo.


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