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El destino del ser vivo  348. Ahora vamos a detenernos en las grandes fuentes de fuerza por medio de las cuales el yo domina la existencia y se erige en especialista de toda creación.
      ¿Qué es entonces creación? Creación es, en realidad, "algo" con lo cual el yo se manifiesta. Sea lo que sea que se señale de entre las cosas que existen, los ojos del ser vivo, su color, su naturaleza y modo de ser, todas ellas sólo son absolutamente cosas creadas, igual que las casas, las máquinas, los muebles u otras producciones de seres humanos. Los organismos o cuerpos son igual de temporales que los productos de los artesanos o artistas. Todo manifiesta intelectualismo o la creación previa de un plan con intencionalidad. Todo manifiesta algo. Todo relata algo. Cada yo actúa, por consiguiente, en forma de "ser vivo" sobre los otros seres y cosas que lo rodean. Entre estas cosas y la manifestación del yo surge una reacción. Esta reacción es "el destino" del ser vivo. Pero este "destino" contribuye a la creación o continuación del universo, aunque sólo sea en forma microscópica, además de que ante todo, naturalmente, determina en cierta medida que en el futuro se cumplan los deseos normales de su origen.
      Ya hemos visto que el yo por medio de su supraconciencia, su subconciencia o conciencia diurna y nocturna, sus cuerpos, tanto los espirituales como el físico, está en condiciones de maniobrar con la materia. La materia o sustancia de la existencia constituye, así pues, una condición principal para que el yo se revele así mismo o revele su aparición a otros seres vivos.


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