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Los sueños son material deteriorado que muestra la existencia de un mundo superior  344. En casos así, en que el sueño por una u otra causa es perturbado, y el individuo, por consiguiente, es "despertado" con frecuencia, lo que sucede es que la conciencia diurna es transferida de un modo demasiado antinatural de un cuerpo al otro. La transferencia tiene lugar de una manera demasiado brusca o rápida. Ni el cuerpo físico ni el cuerpo del sentimiento entran en verdadero estado de descanso. Y, en una situación así, "el estado despierto" del individuo es una especie de cosa intermedia entre su conciencia diurna despierta y "el estado despierto" de la conciencia nocturna. Como consecuencia de esto, tienen lugar desplazamientos de recuerdos, de modo que recuerdos de experiencias hechas en "el estado despierto" de la conciencia nocturna se mezclan con recuerdos del "estado despierto" de la conciencia diurna del individuo. Y la impresión conjunta de una noche así se convierte en una mezcla caótica de recuerdos de las dos formas de "estado despierto". Esta impresión no puede ser ni puramente física ni puramente psíquica, y el ser tampoco puede distinguir entre lo que son recuerdos físicos y lo que son recuerdos psíquicos. La causa de todo lo que llamamos "sueños" es un estado bastardo de este tipo. Y se da por descontado que, frente a la forma normal de experimentar absolutamente despierta con la conciencia despierta, los sueños se presentan, debido a esto, como algo irreal, algo impalpable, algo sin ningún propósito ni sentido. Y las experiencias que resulta que no tienen ningún propósito o que carecen de sentido no pueden llegar jamás a ser ninguna base fundamental para la creación de cultura por parte de un ser vivo. Y esto es la causa de que los sueños tampoco tengan ningún significado de ningún tipo en la creación que lleva a cabo el hombre terreno. Pero para el investigador evolucionado todo tiene significado. Y nosotros tampoco hemos podido evitar detenernos en la naturaleza de los sueños. Y hemos encontrado, en medio de la inmensa cantidad de basura mental, las pepitas de oro, que en forma de "visión lejana en el espacio y el tiempo" son pruebas irrefutables de una forma de experimentar y una existencia psíquicas, y de que la conciencia nocturna es para el yo la expresión de algo, que es totalmente distinto y que es más que un sueño pura y simplemente físico. Por medio de los análisis de los sueños hemos sabido que también existe una "existencia despierta" que experimenta sensorialmente e independientemente del cuerpo físico y de los sentidos vinculados a él. Los sueños son, así pues, destellos de luz de otro mundo que se han extraviado en el estado de conciencia diurna del ser terreno. Es como si se mostrasen una especie de "pequeños orificios" en la pared divisoria entre una zona física y una zona psíquica. En algunos pocos lugares "los orificios" son grandes, y el destello de luz tiene una claridad radiante y se muestra de una manera que no se puede refutar que procede de la gloria de rayos de otro mundo. Se da el caso, por ejemplo, en que el rayo de luz se muestra en forma de una "visión a distancia en el espacio y el tiempo" real, cuando revela tanto el pasado y el futuro como el presente. En otros lugares "los orificios" se manifiestan como numerosas "grietas" y "agujeros", y la luz sólo se ve de una manera muy débil y vacilante. Aquí, la gloria luminosa terrena es la dominante y se mezcla tan fuertemente con la luz psíquica que ésta es muy irreal. La luz de estos dos mundos se destruye mutuamente. De esta mezcla tan desafortunada sólo surgen desechos mentales o basura de la conciencia. Y la acumulación de esta "basura" es lo que la mayoría ve o conoce como "el mundo de los sueños". Únicamente el investigador objetivo es quien llega a los "orificios" concretos y ve la luz del alma en su forma más pura. Para la gran mayoría o gran público, la luz física es tan dominante e incide tanto sobre los tenues rayos, que se han extraviado, que éstos pierden totalmente su color y su fuerza, se convierten en "ceniza". No es extraño que esta "ceniza" no le pueda dar al hombre terreno corriente ninguna idea digna de confianza sobre el hecho de que los sueños son consecuencias de una "existencia despierta" más allá del sueño físico, de que son recuerdos estropeados de un mundo superior paralelo al terreno, de que son material de conciencia estropeado de la inmortalidad o divina intangibilidad del yo o de su identidad como señor de toda forma de no conciencia o falta de conciencia.
      La mayoría de seres humanos terrenos camina por encima de material estropeado de su propia existencia eterna y, de este modo, permanece en la oscuridad. "El sueldo del pecado es la muerte". La predicción divina del Paraíso Terrenal se cumple totalmente. La luz del materialismo cubre con su sombra la propia luz de la vida. La muerte se cierne sobre el mundo. El ser vivo es algo misterioso. La ignorancia culmina. La luz terrena es la oscuridad de la vida.


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