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Por qué el estado en que se sueña es anormal  343. Si el estado en que se sueña es un estado anormal, ¿cuál es, entonces, la causa de su existencia? Para comprender esto tenemos que retroceder a lo que llamamos "sueño". "Sueño" es, claro está, el estado de reposo en que entra el cuerpo físico para que el desgaste o el microdesgarramiento físico (cansancio) pueda curarse. Pero para que esta curación pueda tener lugar, el sistema nervioso tiene, evidentemente, que liberarse de las fuerzas que son la causa del microdesgarramiento. Como estas fuerzas son desencadenadas por la función del pensamiento o estado mental del hombre en el estado de conciencia física diurna, esta función del pensamiento tiene que hacerse cesar en esta misma conciencia diurna. Esto sólo puede suceder transfiriendo dicha función a un cuerpo de manifestación totalmente distinto que el físico. Y ya sabemos que el ser vivo tiene cinco cuerpos de manifestación además del físico, y que el físico es el número dos en la hilera. Por lo que concierne al hombre terreno, el sueño significa, por lo tanto, una transferencia de la conciencia diurna del cuerpo número dos (el cuerpo físico) al cuerpo número tres (el cuerpo del sentimiento). Esta transferencia supone, en principio, lo mismo que "la muerte", pero sólo con la diferencia de que en el sueño la conciencia diurna puede ser conducida de nuevo al cuerpo físico, mientras que con la muerte este retorno es imposible. Aquí el contacto entre el yo y su cuerpo físico, que hace posible la transferencia de la conciencia diurna al cuerpo físico, está cortado. En el estado en que uno está muerto, no hay ningún contacto entre el yo y su cuerpo físico. Es por ello que en un caso así vemos a este cuerpo como un "cadáver". Como el contacto está cortado, este cuerpo no esta supeditado a la voluntad del yo y, por consiguiente, se encamina hacia su descomposición. Algo distinto es lo que sucede con el cuerpo durante el sueño. Aquí se ha mantenido el contacto, y la conciencia diurna puede de nuevo ser conducida al cerebro físico. Este transferir y retirar de la conciencia diurna es lo que crea la conciencia diurna y nocturna, o la transición entre la actividad física del yo y el sueño.
      Para que la conciencia diurna pueda normalmente ser transferida del cuerpo físico al cuerpo del sentimiento, tiene ante todo que haber cansancio. Si éste no está presente, el sueño no es necesario. Pero el solo cansancio no es siempre suficiente para provocar el sueño. Generalmente la condición más importante es que haya calma o silencio físico. Si esta condición está presente cuando el individuo cansado, pero sano, quiere dormir, el sueño se presentará rápidamente. Y mientras el individuo no sea despertado con despertadores u otros medios artificiales usados para despertar, el sueño transcurrirá de manera normal. Y el ser en cuestión no se despertará antes de que haya desaparecido el cansancio, es decir, antes de que el microdesgarramiento esté curado, y el individuo "haya dormido lo suficiente". Durmiendo y despertándose de una manera así, normal y sin ser estorbado, el ser en cuestión no tiene ninguna sensación en absoluto de haber soñado. No tiene ningún recuerdo en absoluto de haber experimentado algo durante el sueño. Su impresión es que ha permanecido en un estado de descanso absoluto o de profunda no conciencia, libre de toda función de pensamiento, y que se ha despertado con la sensación de gran bienestar físico y con renovado deseo de trabajar.
      Pero no sucede siempre que el sueño se produzca de una manera tan fácil, ni que sea tan regenerador como en el caso citado. Hay muchas cosas que pueden trabajar en contra del sueño. Entre otras, el ruido fuerte es un medio efectivo para mantener a un ser despierto. Así mismo dolores físicos y enfermedades con fiebre alta serán también impedimentos para que tenga lugar un sueño normal, lo mismo que sufrimientos psíquicos, que casi siempre tienen como resultado noches de insomnio.


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