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Por qué los seres creen que la conciencia nocturna es sueño profundo o estado de no conciencia  342. Siendo los sueños del ser vivo, de este modo, experiencias reales que tienen lugar en otro mundo, ¿cuál debe ser la causa de que el hombre terreno tenga tan poco en cuenta este estado? ¿Cómo puede ser que "el mundo psíquico" o "espiritual" no haya sido más popular y no se haya hecho un plano de él desde hace tiempo?
      El hecho de que el estado en que se sueña no haya podido dejar una impresión más tangible y convincente de la existencia de este otro mundo, y de estas otras formas de existencia que la que ha dejado, se debe simplemente a la circunstancia de que el estado en que se sueña es una forma anormal de hacer experiencias. Esta forma de experimentar se basa totalmente en la facultad de recordar. El estado en que se sueña consiste simplemente en una transmisión de recuerdos de una experiencia psíquica, hecha cuando se duerme, a la conciencia física diurna.
      Pero como recordar es una facultad que sólo culminará o sostendrá la conciencia de una manera fundamental en el sexto reino de la espiral, y el hombre terreno todavía se encuentra en el segundo reino de la espiral, es fácil comprender que, por lo que respecta al hombre terreno, esta facultad es muy poco robusta. Los únicos campos que abarca son, en realidad, los estrictamente necesarios para la lucha cotidiana por la existencia. Esto quiere decir, a su vez, que este ser no puede recordar vidas anteriores. Ni siquiera puede acordarse de su actual existencia física. Los primeros años de ésta están totalmente borrados de sus recuerdos actuales. La facultad de recordar es, de este modo, una de las facultades espirituales que tanto el animal como el hombre terreno usan menos. Y su cometido no es, como posteriormente veremos en "Livets Bog", transmitir recuerdos del "estado despierto" de la conciencia nocturna al "estado despierto" de la conciencia diurna. Es por ello que es normal para los seres terrenos el hecho de no recordar nada en absoluto de su "estado despierto" con conciencia nocturna. Este estado es, por consiguiente, totalmente desconocido para el individuo cuando se encuentra con conciencia diurna despierta. La única impresión que tiene de su conciencia nocturna es que ésta sólo consiste en un sueño profundo. Cree que cuando duerme está en un estado no consciente. Pero esto es una ilusión o una superstición muy grande. Como ya he empezado a poner de relieve aquí, la conciencia nocturna representa también un "estado despierto" igual que la conciencia diurna. Pero cuando la facultad de recordar no es capaz de transferir recuerdos de este "estado despierto" a la conciencia diurna del individuo, es evidente que dicho estado despierto se transforma en un campo del que el individuo no tiene ningún recuerdo en absoluto. Y este campo es entonces igual de desconocido para el individuo que todas las otras cosas o experiencias que ha olvidado. Como consecuencia de esto, el ser terreno no tiene en su conciencia diurna ninguna premisa para tener otra impresión de las experiencias de la vida, que la de que se forma como un estado "despierto" y "durmiente" alternativamente. Que este estado "durmiente" también es en realidad una "existencia despierta", y que "lo que duerme" sólo abarca el organismo físico, no puede experimentarlo de un modo normal. La transmisión directa de recuerdos del "estado diurno" de la conciencia nocturna no sería jamás un hecho para el ser terreno si una transmisión así no tuviese a veces lugar de una manera anormal. Esta transmisión anormal de recuerdos es lo que llamamos "estado en que se sueña", y los recuerdos transferidos son idénticos a lo que llamamos "sueños".
      Como el estado en que se sueña es una transferencia anormal o anómala de recuerdos del "estado despierto" de la conciencia nocturna al "estado despierto" de la conciencia diurna, la identidad de los sueños como recuerdos será, en grado correspondiente, anormal o imperfecta. Estos "recuerdos" aparecen también como altamente ilógicos o inconsecuentes, incluso a veces son totalmente opuestos a la verdad o a la realidad. Y los casos antes mencionados en que se muestran como visión a distancia en el espacio y el tiempo, y por medio de lo cual el individuo está en condiciones de "ver" situaciones o acontecimientos que realmente suceden a cientos de kilómetros en "el momento del sueño", o que en otros casos tendrán lugar en la esfera física en un momento más o menos lejano del futuro, o bien en otros casos han tenido lugar una vez en el pasado, sólo constituyen un tanto por ciento muy pequeño de todos los estados en que se sueña. Frente a esta situación dominante que impide que los sueños sean recuerdos perfectos de cosas reales que el individuo ha experimentado verdaderamente de un modo no físico, los pocos casos, en que los sueños han sido pruebas irrefutables de que las experiencias del individuo en su "estado despierto" con conciencia nocturna son recuerdos de hechos verdaderos, son tan insignificantes y llenan tan poco que, hasta el momento, no han podido crear ninguna base para que el investigador corriente, que también carece de conocimiento suplementario en otros campos espirituales o psíquicos, pueda crear una base para un conocimiento científico. Y el concepto "estado en que se sueña" tiene, por consiguiente, un tono de irrealidad. Con los sueños no se cuenta, y en conjunto tampoco se puede, naturalmente, contar con ellos, debido a la forma imperfecta con que son transmitidos a la conciencia diurna. Pero una cosa es, sin embargo, segura, a saber, que en sí mismos son experiencias de otro "estado despierto" distinto al que se conoce de la conciencia diurna, es decir, un "estado despierto" que no es sostenido por los sentidos físicos. Y los pocos casos de experiencias de sueños que son idénticas a experiencias de hechos verdaderos se transforman en "la pequeña causa con gran efecto". Para el investigador evolucionado son material suplementario que muestra de una manera irrefutable que hay una "existencia despierta", aún cuando los sentidos físicos estén fuera de función y el cuerpo físico duerma.


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