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"La conciencia diurna y "la conciencia nocturna"  330. La subconciencia se divide, a su vez, en dos factores: "la conciencia diurna" y "la conciencia nocturna". Por "conciencia diurna" hay que entender la función de pensamiento despierta, consciente, con voluntad del individuo, y su propagación a la materia o sustancia para manifestarse o hacerse visible, y las reacciones de esta propagación como una experimentación de vivencias cerebrales conscientes.
      Esta experiencia cerebral consciente es la más alta forma de experimentación del yo, ya que otras formas de experiencia son, con respecto a ella, "experiencias de sueños", es decir, experiencias que, en mayor o menor grado, son incontrolables por el propio ser, es más, a veces son incluso de una naturaleza tal que se sustraen totalmente a la atención de la conciencia cerebral del individuo y entonces son experiencias no conscientes. Que tales experiencias no conscientes existen se pone ampliamente en evidencia por medio de la ignorancia de que el hombre terreno da muestra con respecto, entre otras cosas, a las causas de las enfermedades, las causas de los destinos desdichados, etc. Aquí se ve muy claro que el ser experimenta una cantidad de realidades, que son verdaderamente resultados de experiencias que se encuentran fuera de la conciencia cerebral o "conciencia diurna" despierta. Dado que los resultados existen como hechos, no se puede negar que las causas también tienen que haber existido. Pero como no se las conoce, no han estado, tal como los resultados (enfermedades y la oscuridad del destino), dentro de los límites de "la conciencia diurna". Si hubieran estado en la conciencia diurna, uno habría podido protegerse contra ellas. Que uno amplíe su conocimiento y poco a poco salga de dudas con respecto a estas fuerzas ocultas significa solamente que "la conciencia diurna" se está desarrollando, y que el individuo incorpora cada vez más los resultados de su interacción con las sustancias a un horizonte claramente consciente. Este horizonte consciente o "conciencia diurna" es, así pues, la sede de "la voluntad" del individuo. Por medio de ella el ser vivo gobierna todo su destino futuro. Las disposiciones que toma aquí son decisivas para todo su bienestar, su construcción o demolición de su salud física y mental, su cuerpo y su relación con su entorno. "La conciencia diurna" es, por consiguiente, la más elevada forma de experimentación del ser vivo. Es a través de ella que la experimentación de la vida, la identidad del individuo como hijo de Dios y su existencia eterna o inmortalidad se transforman en una experiencia real, en un hecho consciente, y con ello, en una vida bienaventurada y llena de contenido.


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