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| La sustancia "viva" y la sustancia "sin vida" |
324. La creación consciente del hombre terreno no va más allá de la química puramente física.
De manera consciente todavía trabaja solamente con sustancias que dan lugar a resultados "minerales".
Como estos resultados no muestran ninguna vida autónoma, es decir, no tienen de por sí una facultad propia de renovación por medio de la cual puedan mantenerse a sí mismos y, por consiguiente, al contrario de las sustancias "vegetales" y "animales", que sólo "envejecen" tras haber alcanzado la culminación de su crecimiento, "envejecen" a partir del primer momento de su aparición o creación.
"Envejecer" significa, en este caso, una degeneración con una fuerte descomposición.
Todas las producciones minerales están, así pues, expuestas al cien por cien a la acción del tiempo, que día tras día las va acercando a su total descomposición o destrucción.
El hecho de que esta descomposición tome cientos o miles de años para algunas sustancias minerales, y para otras sólo horas o minutos, no cambia el principio.
Y también por esto a esta materia se la ha considerado "sin vida" o "inanimada".
Con la sustancia vegetal y animal es muy distinto. Esta sustancia tiene un periodo en que resiste brillantemente el paso del tiempo. Tiene en sí una facultad de renovación de sí misma, que hace que pueda seguir creciendo para manifestarse de una manera más bella y hermosa, hasta que llega a una cierta culminación, tras lo cual degenera igual que la sustancia mineral. Es debido a su propiedad de renovarse, que la ciencia moderna rápidamente se ha percatado de ello y la ha considerado como "viva". Y así hemos llegado aparentemente a dos clases de sustancia: "la sin vida" y "la viva". Pero esto sólo es aparentemente. En realidad todas las sustancias están igual de vivas. No hay ninguna diferencia. Toda sustancia manifiesta movimiento, tanto la mineral como la vegetal y animal. Y como el movimiento que la sustancia representa se muestra como sistemático, tiene que ser un resultado de una función intelectual. Pero como una función intelectual, a su vez, sólo puede ser una facultad de un ser vivo, todas las sustancias del universo manifiestan, por consiguiente, vida; sólo pueden existir como sinónimos de vida. Todo está vivo. |
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