Lee y busca en El Tercer Testamento
   Apdo.:  
(289-638) 
 
Búsqueda avanzada
   

 

Los recuerdos puramente físicos y la existencia eterna  321. Los recuerdos puramente conscientes con conciencia diurna no significan nada para demostrar la existencia eterna o reencarnación del ser vivo. Sólo constituyen la comprensión que tiene este ser del colorido superficial de las experiencias en la zona de la conciencia diurna. Expresan, así pues, los colores, las vibraciones y las reacciones puramente transitorias de las experiencias. Pero esto sólo tiene una importancia local, es decir, sólo tiene interés para el ser en el momento que lo experimenta. Este colorido superficial en sí no tiene ninguna importancia en una nueva vida física. Lo que aquí tiene importancia es únicamente la transformación de experiencias anteriores en talentos, disposiciones o propiedades de la conciencia.
      Las habilidades que un ser adquiere, todo lo que transforma en hábitos de la conciencia en una vida influirá en la creación de su nuevo cuerpo físico y de su nueva existencia. En ella experimentará estas habilidades y tendencias como disposiciones y talentos o como propiedades de la conciencia, según haya hecho de ellas hábitos en una vida anterior. Lo que importa en la vida actual no es que recuerde con conciencia diurna de tipo cerebral lo que hizo en la vida anterior con detalles especiales, sino, al contrario, aquello a lo que esta actividad ha dado lugar en su vida actual, las posibilidades o limitaciones que ha dejado en su destino de hoy. Lo principal es, así pues, que ha llevado el resultado de los esfuerzos de vidas anteriores a su vida actual en forma de talentos y disposiciones. Que no se acuerde de cuántas lágrimas, dolor y preocupaciones estos esfuerzos posiblemente le hayan podido costar en estas vidas anteriores no tiene ninguna importancia. Y si lo que ha traído consigo como resultado de excesos en vidas anteriores son malas disposiciones o tendencias y vicios nefastos, entonces el ser en cuestión tiene suficiente trabajo con hacer que su mentalidad y su sistema nervioso soporten los recuerdos de su actual destino desgraciado, que es una consecuencia de las vidas anteriores. La gran cantidad de depresiones nerviosas y enfermedades mentales que vemos cada día, no son acaso una prueba suficiente de que los recuerdos que tienen los seres humanos de la vida actual, en un caso así, ya han sido una carga tan pesada que ha sobrepasado en gran manera la facultad mental de los seres en cuestión de sobrellevar problemas. ¿Qué van a hacer estos seres con más recuerdos tristes y oscuros? ¿No es, precisamente una bendición que estos recuerdos se pierdan en la oscuridad del pasado? Y esta bendición es todavía mayor, puesto que estos viejos recuerdos no podrían de ninguna manera cambiar los actuales sufrimientos del individuo. Lo que ha sucedido no puede cambiarse de ninguna manera. Sólo se puede llorar por los actos erróneos. Pero para hacer llorar, cada día tiene medios suficientes. Recuerdos de vidas anteriores que hagan llorar son, así pues, totalmente innecesarios. Y crear algo innecesario no son los caminos o principios que usa la naturaleza o la Providencia.


Comentarios pueden mandarse al Martinus-Institut.
Información de errores y faltas y problemas técnicos puede mandarse a webmaster.