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El pensamiento lógico y el pensamiento ilógico como constituyendo un compuesto químico-cósmico correcto e incorrecto respectivamente  301. Que lo mencionado es cierto lo muestra en abundancia la vida misma como un hecho.
      Como es un hecho que cada sustancia existente tiene su particular capacidad de reaccionar, con lo cual puede crear armonía al combinarse con ciertas sustancias de otro tipo, del mismo modo que hay otras sustancias con las que no puede combinarse sin crear una desarmonía terrible, explosiones y destrucciones, es un hecho que la combinación de diversas sustancias o energías no es indiferente, sino que para obtener un resultado determinado hay que atenerse exactamente a la fórmula para la combinación de las energías cósmicas, que precisamente por medio de su reacción particular pueden dar el resultado especialmente deseado, sobre todo porque este resultado sólo puede existir precisamente como una reacción de las energías usadas.
      Esto podrá quizá comprenderse mejor con el siguiente ejemplo: si un hombre quiere hacerse algo de tipo físico, ya sea una casa, un jardín, mobiliario, o algo parecido, debe de antemano planear en su conciencia cómo desea que esto sea en su estado terminado. Pero "hacer un plan" es en sí mismo nada menos que un experimento químico-cósmico. Para hacer este plan tiene que reunir sus experiencias hechas en el campo especial al que el objeto pertenece. Pero estas experiencias distintas representan pensamientos, que a su vez están formados de sustancia. Si dichas experiencias son correctas, el compuesto químico de ellas, que constituye el plan terminado, también será correcto. Y entonces decimos de un plan así, correcto o perfecto, que es "lógico".
      Si las experiencias, que en este caso el creador físico tenía a su disposición, no eran correctas, sino solamente suposiciones o teorías no probadas, que resultaron ser errores cuya influencia tenía necesariamente que marcar el plan terminado, esto significaría que el compuesto químico-cósmico era una mezcla de energías que no concordaban, ya que crearon reacciones que no concordaban con el plan deseado. La reacción a que estas energías extrañas dieron lugar actuó, precisamente, como "errores", y por ello el plan tuvo que manifestarse como "ilógico".
      Este ejemplo es mucho más que un simple ejemplo, es, en sentido literal, realidad. Cuando un plan es "lógico", las energías cósmicas, es decir, los pensamientos correctos están combinados de manera correcta, y no hay ninguna energía extraña (pensamientos) que perturbe la armonía. Cuando un plan es "ilógico", las energías cósmicas de que está compuesto, es decir, los pensamientos de que está compuesto, son en mayor o menor grado ajenos al plan y, con ello, son de modo correspondiente un obstáculo para la obtención del resultado que el origen del plan había deseado de antemano.


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