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Ninguna sustancia puede ser "inmaterial". Las energías de la conciencia son una prolongación de las energías físicas  294. Esto se hace más evidente como un hecho a medida que se va comprendiendo que las sustancias o productos químicos, cósmicos son, en realidad, idénticos a los físicos. El que se presenten aparentemente como diferentes se debe únicamente a que los vemos en combinaciones o mezclas diferentes. Cuando vemos las sustancias en nuestro organismo físico o fuera de éste, las llamamos "físicas". Cuando se encuentran en la vida de la conciencia o psíquica, han sido desconocidas hasta el momento presente de la historia de la Tierra, porque se presentan combinándose de un modo que su volumen y consistencia puede más bien simbolizarse como en estado gaseiforme o gaseoso y con una forma tan poco condensada que se sustraen a la percepción física directa, y debido a ello son impalpables. A este estado se le ha dado el nombre de "inmaterial", expresión que, evidentemente, es incorrecta. Ninguna forma de sustancia o materia puede, en un sentido absoluto, ser "inmaterial". Todo es "algo", y algo que es no puede ser igual a "nada". Que alguna sustancia se encuentre en un estado tal que nuestros órganos físicos de percepción no reaccionen frente a su naturaleza y, de este modo, no sea ningún impedimento físico, directamente visible para nuestra actividad física, no autoriza a llamarla "inmaterial" en su análisis. En los últimos tiempos el hombre ha aprendido, claro está, que estamos en gran manera rodeados de fuerzas, rayos u ondas que no podemos en absoluto ver, y cuya existencia, por ello, antes tampoco sospechábamos. Es por medio de estas fuerzas que se está en condiciones de crear las llamadas "ondas radioeléctricas". Por medio de estas "ondas" se ha transformado, a su vez, en un hecho el que toda una obra de teatro, música y canciones puedan pasar por nuestra sala de estar sin que paredes, puertas cerradas, etc. se lo impidan, puedan llenar el espacio sin que lo notemos, a menos que abramos un radiorreceptor. Por nuestra atmósfera, por lo que nos rodea, por nuestro cuerpo también pasan, del mismo modo, muchas clases de energía sin que directamente podamos percibirlas o notarlas. Pero esto no significa, naturalmente, que carezcan de importancia. Al contrario, colaboran en muy alto grado a formar la base de toda nuestra existencia. Toda nuestra mentalidad o vida interior ha sido creada por estas energías o sustancias.
      Como ya hemos dicho, lo que sucede en realidad es que estas sustancias sólo son una manifestación de líneas prolongadoras de las sustancias físicas o materias, que a su vez, como veremos en los capítulos próximos, únicamente constituyen materias de conciencia o materias mentales condensadas.


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