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| Cuando los fenómenos psíquicos están controlados por la inteligencia | 293. Tener conocimiento sobre las materias o sustancias no visibles físicamente de las que ha sido creado nuestro pensamiento, indiferentemente de que éste sea odio o amor, dolor o alegría, confianza o duda, esperanza o desilusión, significará innegablemente una superioridad mental por medio de la cual estos fenómenos se someten al control absoluto de la inteligencia y, con ello, al control absoluto de la voluntad. Pero cuando los fenómenos psíquicos son controlados por la inteligencia, es decir, son lo mismo que actos de voluntad intelectuales al cien por cien, ya no hay ninguna sustancia mental que entre incorrectamente en contacto con las otras. El químico cósmico experimentado conoce demasiado el peligro que supone equivocarse con las sustancias. Se guardará muy bien de relacionarse con las sustancias peligrosas de manera imprudente. Del mismo modo que el químico físico experimentado no confunde el agua y el ácido clorhídrico cuando tiene que lavarse las manos y, naturalmente, tampoco encuentra que la estufa sea el lugar adecuado para sus posibles residuos de dinamita, sino que intenta con todos los medios hacer que su manejo de las materias peligrosas tenga lugar con la mayor seguridad posible, el químico cósmico también tiene el mayor cuidado posible en su trato con "los productos químicos" cósmicos, especialmente porque no hay ningún ámbito en que estas sustancias no sean menos peligrosas que las físicas. |
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