Lee y busca en El Tercer Testamento
   Apdo.:  
(1-288) 
 
Búsqueda avanzada
   

 

El camino que lleva a la desaparición del estado de sufrimiento humano terreno. La unión del poder y de la justicia. El altruismo se apropia de una serie de bienes materiales  96. Las energías del nuevo impulso mundial desarrollarán, paulatinamente, la inteligencia de los individuos, y la mayor parte de los seres humanos terrenos se irá dando cuenta, cada vez más, de los males sociales que el poder público todavía tiene que vencer para que la gran paz llegue a reinar en la Tierra. De este modo reconocerán que, antes de que la paz pueda llegar a ser algo fundamental, todos los restos del principio de vida animal que todavía hay en la conciencia del hombre terreno tienen que ser eliminados. Tienen que comprender que estos restos constituyen "los frutos prohibidos" o los frutos cuyo consumo los mantiene hoy alejados del "Jardín del Edén" o del estado de felicidad total. Estos frutos son, por su parte, todo lo que forma parte del concepto "lucha contra la unión del poder con la justicia". Todas las experiencias actuales de la humanidad terrena o el lenguaje directo de la vida en relación con el impulso mundial luminoso del "principio creador divino", del que el presente libro es una manifestación, muestran únicamente esto como el camino para eliminar el estado de sufrimiento humano en la Tierra. El conjunto de las experiencias actuales de toda la humanidad llevará gradualmente toda la concentración a desencadenarse en una sola cosa: unir el poder con la justicia. Pero, como en la sociedad terrena humana la justicia es sinónimo de poder público, y el poder de esta sociedad es sinónimo del poder del dinero, la unión de la justicia y del poder significará que el poder público tiene que tomar posesión del poder del dinero. Única y exclusivamente la justicia puede poseer los bienes materiales. Como la justicia está representada por el poder público, y éste a su vez es expresión del "interés común" o altruismo, mientras que el poder del dinero es expresión del "interés privado" o egoísmo, las consecuencias de lo sobredicho serán la apropiación del poder o de los bienes materiales por el altruismo. Sólo cuando el espíritu del altruismo posee los bienes materiales, y por consiguiente tiene el poder, puede reinar la paz. La posesión del poder por el egoísmo, como todavía es el caso en la sociedad humana terrena, sólo puede crear un espíritu que hace que la guerra o la discordia se conviertan en un hecho. El espíritu de la justicia tiene, pues, que ser el soberano del mundo. La justicia, en su más importante manifestación actual como poder público, sólo constituye una realidad que está sometida al poder. Tiene que transformarse en una realidad a la que el poder esté supeditado.


Comentarios pueden mandarse al Martinus-Institut.
Información de errores y faltas y problemas técnicos puede mandarse a webmaster.