Lee y busca en El Tercer Testamento
   Apdo.:  
(1-288) 
 
Búsqueda avanzada
   

 

Lo que caracteriza la imagen absoluta del universo. El hombre primitivo y el hombre civilizado son conducidos a tener el mismo criterio con respecto a la exigencia de justicia y conocimiento espiritual  92. Dado que cada acto, que es útil o tiene un fin determinado, al ser desencadenado puede calificarse de acto "normal", y cada acto poco conveniente o sin un fin determinado puede calificarse de acto "anormal", aquí tenemos una escala con cuya ayuda estamos en condiciones de poder medir si una concepción de la existencia o un conocimiento del más alto misterio de la vida es el análisis absoluto e inalterable de la verdad eterna, o si todavía representa únicamente el resultado surgido de la idea de que dos y dos son tres, cinco o seis... Si dicho conocimiento revela vibraciones, movimientos o manifestaciones que carecen totalmente de planificación o son poco convenientes y, de este modo, muestran en un grado correspondiente zonas de la existencia que carecen de planificación, esto sólo expresa que el conocimiento mencionado no es el verdadero o inalterable análisis de la existencia, sino que, al contrario, sólo es una concepción que tiene que retroceder a medida que brota el verdadero análisis de los hechos o el verdadero conocimiento de la vida, en la que no hay ninguna forma de manifestaciones y movimientos inútiles o zonas sin planificación, pero donde, al contrario, todo se revela como totalmente útil y donde cada simple realidad trabaja totalmente en contacto con las otras realidades del universo y, así, crea un conjunto, que aparece en armonía con la más alta razón o inteligencia, que nos muestra la vida y la existencia como constituyendo un plan universal divino e inteligente, y revela cada detalle, tanto microcósmico como macrocósmico, lo mismo el presunto "mal" que el presunto "bien", como estando en la más perfecta armonía con el concepto "Todo es muy bueno". Un conocimiento que nos muestra la existencia de tal manera, jamás puede cambiar, sino que se mostrará como el resultado eternamente inalterable de todas las vibraciones, los movimientos y los fenómenos de la vida. Ésta es la mayor revelación que es posible hacer de la verdad eterna. Se trata del análisis de los hechos en sí mismos con respecto a la revelación de los misterios de la existencia. Es el conocimiento absoluto sobre el universo, la Divinidad y los seres vivos.
      La revelación de un conocimiento semejante es el factor principal del nuevo impulso mundial del "principio creador divino", que ahora manda sus rayos de luz a la Tierra. Pero para que un conocimiento de este tipo pueda verdaderamente llegar a ser una base práctica y común para todos los pueblos de la Tierra, era necesario que estos pueblos hiciesen unas experiencias iguales o parecidas. El contraste entre los pueblos tenía que atenuarse. Tenía que procurarse que el deseo de los seres de conocimiento espiritual se concentrara en las mismas preguntas tanto en Oriente como en Occidente, o a la inversa. Una unión de todos los pueblos sólo podía, por consiguiente, basarse exclusivamente en un interés común, en un objetivo común, transformar la imperfección en la perfección misma.
      El interés común, que tenía que procurarse que tuviesen todos los pueblos, ya se manifiesta como su creciente interés común por la creación de un camino que aleje de la discordia, un camino que aparte de las zonas de la guerra, de los sufrimientos, de la ignorancia y de la superstición. El objetivo y el interés conjunto de los pueblos ha comenzado, de este modo, a manifestarse concentrándose cada vez más en una única cosa: la creación de una armonía mutua, tanto espiritual como material y, por consiguiente, en la creación de la paz mundial absoluta.
      La base sustentadora del desarrollo o la creación de un interés común de este tipo ha sido el desarrollo técnico y material. En virtud de este desarrollo, con sus ferrocarriles, buques de vapor y aviones, la distancia entre los continentes ha sido superada y, con ello, los diversos pueblos han podido conocerse mutuamente. Por medio de aparatos técnicos se amplió la visión del hombre terreno, y surgió la ciencia. Por medio de escuelas, universidades y profesores se extienden por todo el mundo la información y las experiencias científicas en forma de civilización y cultura. El hombre primitivo participa en las experiencias agradables y desagradables del hombre civilizado, en su perfección e imperfección. Aprende a leer y a escribir. Tiene acceso a los conocimientos modernos de historia, geografía, astronomía, química, física, matemáticas y técnica. Va teniendo gradualmente las mismas posibilidades que tiene el hombre civilizado de capacitarse y presentarse a certificados, a las pruebas de oficios, a exámenes y grados. Su contacto con la civilización hará, en relación con esto, que sus viejas supersticiones se desmoronen. Y dado que, con este contacto mencionado como base, también hace las experiencias desagradables del hombre civilizado, experimenta sus vicios y enfermedades, sus regímenes sociales desventurados que todavía toleran la codicia y el despilfarro, la pobreza, la gente sin hogar, el hambre y la miseria, la explotación mutua de los individuos, etc., llegará tanto espiritual como materialmente, de una manera relativamente rápida, a la posición del hombre civilizado por lo que respecta a la exigencia de justicia y a la receptividad de un conocimiento absoluto sobre las realidades eternas o sobre la vida y sus leyes.


Comentarios pueden mandarse al Martinus-Institut.
Información de errores y faltas y problemas técnicos puede mandarse a webmaster.