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| "La expulsión del Jardín del Edén" como muestra de amor. "La voz del Padre divino" | 85. El reino animal es, por lo tanto, "el Jardín del Edén" del que el futuro hombre tiene que ser "expulsado". Pero el hecho de ser expulsado no es ningún "castigo", sino que se muestra como la más alta manifestación de un amor eterno tras todos los fenómenos. Y surgiendo de este amor unas leyes, así mismo eternas, hacen que los seres vivos sean guiados hacia delante y en dirección ascendente, que experimenten formas de existencia cada vez más hermosas. Y para mover a los seres, que vivían en la armonía y felicidad animal o en "el Jardín del Edén", a abandonar este estado, para impedir que ellos mismos fueran excluidos de este crecimiento ascendente hacia mayor luz y perfección, no existía otro medio que precisamente dejar que la fuerte luz de un reino superior comenzase a brillar en el reino animal. Este reino superior forma "el auténtico reino humano" y su luz que ilumina la Tierra puede ser reconocida como "la voz del Padre divino" dirigida a "Adán" y "Eva", o la irradiación luminosa del "principio creador divino". |
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