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| "Enemistad entre el linaje de la serpiente y el linaje de la mujer". "La cabeza de la serpiente será aplastada" pero "ésta herirá al hombre terreno en el talón". El hombre terreno como "hijo de Dios" sin hogar | 82. Pero, como a causa de la incipiente irradiación luminosa del "principio creador divino", el modo habitual de vivir como los animales y el instinto de conservación de los seres chocaba cada vez más con el estado de su vida interior transformada, se convirtió en una "caída" cada vez mayor, sus aptitudes para fomentar o cumplir la condición de vida animal comenzaron a degenerar. Y con esta degeneración surgió su verdadero sufrimiento. La Tierra había recibido una especie de "maldición". Y como ahora el ser transformado aspiraba a un ideal distinto al modo de vivir como los animales, había de este modo una disonancia entre las manifestaciones del animal y las manifestaciones del incipiente hombre, había "enemistad entre el linaje de la serpiente y el linaje de la mujer". Y esta enemistad llevará finalmente al individuo a "aplastar la cabeza de la serpiente" o a dominar totalmente la conciencia animal en sí mismo, pero como consecuencia de ello "será herido en su talón", lo cual a su vez significa que este vencimiento no puede de ninguna manera tener lugar sin sufrimiento y dolor. Sus facultades animales o "el pie" que lo condujo a la cúspide del reino animal o a las más altas formas de genialidad, que lo condujo a la realización de los más elevados conceptos de grandeza del reino animal, son "aplastados" en forma de degeneración. Y por consiguiente, el hombre terreno, considerado como animal, ya está "cojeando". No es un animal en su forma más pura, pero tampoco es un hombre totalmente desarrollado. Es un exilado herido entre dos reinos. Actualmente se encuentra "en tierra de nadie". Es un hijo de Dios sin hogar. |
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