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Se vislumbra por primera vez un reino que no era de este mundo. La primera forma incipiente de conciencia "humana". "La caída del primer hombre" y "la expulsión del Jardín del Edén"  81. Pero como el Todopoderoso, según las leyes eternas, hace continuamente avanzar a los seres en dirección ascendente hacia cada vez mayor luz y perfección, su mandamiento también llegó a los primeros padres de la humanidad terrena. Brilló sobre todos los seres en forma de la irradiación luminosa del "principio creador divino". Entonces "la luz de la justicia" brilló por primera vez sobre la Tierra, y el primer "Adán" y la primera "Eva", iluminados por esta luz, vieron que estaban "desnudos". Pero con esta visión entrevieron débilmente por primera vez un reino que no era de este mundo. Y con esta imagen o primera visión de "justicia" en vez de "poder", su habitual modo de vivir animal o el principio "poder en vez de justicia" se les apareció por primera vez como "pecaminoso". El animal se había convertido, de este modo, en un hombre incipiente. Y con esta transformación comenzaron las desgracias o su desarmonía con este reino al que todavía tenían que estar ligados durante siglos de tiempo. El animal había, así, comenzado a tener la primera forma de débil conciencia "humana". Y como esta forma de conciencia todavía va creciendo en los seres en cuestión, esto significa por consiguiente que cada vez se alejan más de la armonía de la forma de conciencia animal. Están saliendo del "Jardín del Edén". Esta emigración o "expulsión" del "Jardín del Edén" es, en su análisis más profundo, lo mismo que la evolución de los seres en cuestión desde el reino animal al reino humano, al igual que "la caída" de estos mismos seres es, de manera semejante, sinónimo de sus manifestaciones conjuntas de las tendencias heredadas del reino animal que aparecen contrastando con las incipientes tendencias humanas. Y a estos seres, que de este modo están saliendo del reino animal, se les puede identificar con aquellos que conjuntamente forman la humanidad terrena. Hoy la humanidad terrena está, pues, más que nunca saliendo del "Jardín del Edén" o alejándose del estado de felicidad animal.


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