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El símbolo y los impulsos macrocósmicos. El principio creador como condición para que el individuo tenga el sentimiento de que existe eternamente  68. El símbolo también puede usarse como una expresión de los grandes impulsos creadores macrocósmicos. Si se quiere, por ejemplo, que el símbolo represente "los impulsos galácticos" sólo hay que imaginarse que los círculos representan "las sociedades galácticas" concretas. Si el símbolo tiene que representar "los impulsos solares" hay que imaginarse, de modo similar, que los círculos representan "sociedades solares", del mismo modo que hay que imaginarse que representan "sociedades de planetas" si se desea que el símbolo represente "impulsos planetarios". Pero en este caso hay, naturalmente, que darse cuenta de que entonces hay que imaginarse los impulsos con unas dimensiones tales que "los impulsos mundiales" antes mencionados desaparecen en ellos como detalles invisibles o microscópicos.
      De este modo hemos visto aquí que el principio creador con su aparición totalmente divina no constituye ninguna realidad limitada por el tiempo, el espacio y la evolución, sino que se despliega libremente por todo el universo tanto con formas y detalles macrocósmicos como microcósmicos, con lo cual, debido a su naturaleza especial como base de toda vida con conciencia, es condición para que el individuo perciba eternamente que existe.


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