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Los redentores del mundo, los redentores de planetas, soles y galaxias. "El espíritu santo"  58. La conexión de las sociedades de seres macrocósmicos con el principio creador sólo puede, en cambio, activarse por medio de seres de su propia categoría evolutiva o pertenecientes a su propio segmento de espiral. Una sociedad de planetas tiene así que tener un ser-planeta como redentor, una sociedad de soles un ser-sol y una sociedad de galaxias un ser-galaxia. Por lo tanto vamos a distinguir entre "redentores del mundo" y "redentores de planetas", "redentores de soles" y "redentores de galaxias". Igual que los redentores mundiales están dispuestos a estimular el principio creador en los seres humanos concretos de una sociedad de seres humanos, los redentores de planetas también están dispuestos a activar el principio creador en los seres-planeta concretos de la sociedad de planetas, y los redentores de soles y de galaxias en los seres-sol y los seres-galaxia concretos de las sociedades de soles y galaxias respectivamente. Independientemente de lo lleno de fantasía que esto le parezca, el buscador de la verdad tiene pues que adaptar su conciencia al hecho de que el universo está lleno de vida, y que tanto el macrocosmos como el microcosmos está compuesto de "seres vivos", y que la identidad de los seres macrocósmicos, anteriormente nombrados, como "seres vivos" no está más llena de fantasía que, por ejemplo, las "células" o miríadas de pequeñas partículas de nuestro propio organismo, cuya identidad como "seres vivos" es un hecho ya constatado por la ciencia. Del mismo modo que estos pequeños seres se encuentran en el interior de nuestro cuerpo, y éste constituye su universo, nosotros, como consecuencia de las mismas leyes, también nos encontramos dentro de los cuerpos u organismos de los seres macrocósmicos anteriormente nombrados que, a su vez, son el universo para nosotros. Y como el conjunto de la humanidad terrena, según los análisis cósmicos, constituye el cerebro de la Tierra, y cada hombre concreto, con respecto al globo terrestre o ser-Tierra, sólo constituye una de las células de su cerebro, será fácil comprender que un ser humano no puede ser redentor de un globo celeste, del mismo modo que una de las células de nuestro propio cuerpo no podría ser redentor para nosotros. Un ser vivo no puede de ningún modo presentarse como redentor del principio creador para un ser del que sólo es una célula o, de otro modo, aparece como material secundario de su cuerpo. Pero no obstante, hay millones de seres alrededor del mundo que hoy en día, debido a ignorancia y superstición, les confieren a sus redentores del mundo unas proporciones absurdas e imposibles. Y es precisamente para extirpar y prevenir esta superstición que aquí en la introducción nos hemos visto obligados a abordar estos temas que, por lo demás, forman parte de posteriores apartados de "Livets Bog". El caso es que es necesario que cada individuo que quiera adquirir la conciencia divina o cósmica total que, en realidad, es lo mismo que en la Biblia se expresa como "el espíritu santo", se purifique o libere de toda superstición.


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